Productores tamberos arrancaran este jueves con una serie de protestas para
hacer escuchar sus reclamos por la crisis que atraviesa el sector. Con respaldo
de las entidades rurales nacionales y las mesas lecheras provinciales, están
previstas movilizaciones en las ciudades de Trenque Lauquen y General Rodríguez,
donde funcionan dos de las plantas de La Serenísima. La demanda es para que la
industria pague un precio por la leche que permita cubrir los costos y una
política oficial que aliente al sector.
Es que la fuerte devaluación, que mejoró los márgenes para producciones
primarias extensivas y con fuerte perfil exportador, como es el complejo sojero
o el cárnico, tiene su contracara en actividades intensivas y mayormente
volcadas al mercado interno, como es la lechería. La actividad viene de años
negativos y hoy aparece contra las cuerdas por un abrupto encarecimiento de sus
costos de producción y el precio que recibe sube a un ritmo mucho menor.
A agosto, último dato oficial disponible el productor cobró casi 24% menos
por su leche que lo que le costó producirlo. Y en septiembre, según las primeras
estimaciones, esa brecha superó el 30%.
Los tambos tienen entre un 60% y 80% de sus costos ligados al tipo de cambio (alimentación -granos y soja-, sanidad, genética y energía -electrica y gasoil). A modo de ejemplo, el kilogramo de balanceando para alimentar una vaca en producción más que un litro de la leche que produce el mismo animal. Es una situación más que anormal y lleva a muchos productores a reducir sus rodeos, vender parte de sus vacas a los mercados concentradores, o directamente cerrar el establecimiento.
El Presidente se refirió a la nueva actualización en el costo del servicio de
gas al visitar a un vecino de Luján. "No es capricho, se aumenta porque es lo
que vale", defendió.
Desde el Instituto de Estudios Económicos de Sociedad Rural (SRA), indicó que
el desfasaje entre ingresos y gastos se evidencia porque el precio de la leche
al productor aumentó 34% interanual a agosto. Mientras los costos de producción
aumentaron 100% en el mismo lapso ($ 5 a $ 9,8 por litro). "Si bien los precios
al productor subieron al ritmo de la inflación, los costos de producción
crecieron a un ritmo mucho más rápido. Y generaron a partir de mayo último una
situación de resultado negativo creciente", explicaron a El Cronista desde la
entidad.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), el productor de
leche acumula ocho meses de rentabilidad negativa desde inicios del año (con
profundización a partir de mayo). Así, en agosto, promedió una baja de 0,3%
anual (contra 0,7% de julio). El precio por litro de leche (entregado en agosto
y cobrado hacia fines de septiembre) fue de $ 7,43 promedio, contra un costo
promedio de $7,60 por litro.
La situación se agudizó en septiembre, con la nueva volatilidad cambiaria y
la escalada del dólar. La industria pagará a los productores por septiembre
entre entre $ 7,50 y $ 8,10 el litro, otra vez por debajo de los costos. En las
entidades estiman que el productor debería cobrar estar cobrando por su leche
entre $ 11 para "empatar" con los costos y $ 13 para equipararse con la escalada
del dólar.
Andrea Passerini, productora tambera y miembro de la comisión de Lechería de
Carbap, expuso a El Cronista que "la actual crisis es la más larga de la
historia" para la actividad local porque empezó a mediados de 215 "y no
terminó". Reseñó que entre 2001 y 2003 "el precio al tambero tardó 13 meses en
alcanzar los costos.que se incrementaron por la devaluación en ese periodo". Y
planteó que el sector tardó "dos años en absorber" la devaluación de inicios de
la gestión Macri.
"Apenas unos meses duró la estabilización (entre insumo/producto), y otra vez
una mega devaluación, que impacta de manera lineal en los costos", sostuvo la
dirigente y graficó: "El dólar sube hoy 10, y mañana a nosotros los costos nos
suben 10, mientras la leche que vendemos a la industria la cobramos en 45 días".
Esto y el alto costo de financiamiento lleva a muchos productores a dejar la
actividad o achicarse al mínimo. El envío de vacas productoras al matadero se
viene convirtiendo en una postal cada vez más habitual en parte de la cuenca
lechera pampeana. En ese sentido, la urgencia puede palparse en que casi no hay
diferencias en los valores de una vaquillona para producir leche y una engordada
para enviar al matadero. "No hay mercado de vacas madre hoy, una vaquillona
preñada se paga $ 30.000, cuando una vaca gorda para frigorífico está en $
26.000 más IVA", planteó Passerini.
Desde la Rural, en tanto, enfatizaron que para evitar el colapso "es imprescindible encontrar mecanismos veloces para recomponer los precios al tambero con urgencia".