Será la encargada de recuperar y enviar a reciclar todos los bidones de plástico que se venden. Sebastián Calvo, presidente de Red Surcos, la principal empresa argentina del sector, brinda más detalles.
La cadena agroindustrial vinculada al negocio de los agroquímicos en el país, liderada por las principales compañías que forman parte de él, está poniendo en marcha una transformación histórica, en línea con los crecientes esfuerzos e inversiones que dedican a impulsar una agricultura cada vez más sustentable.
Se trata del proyecto Campo Limpio, que apunta a implementar un sistema para la recolección de los envases de agroquímicos que se utilizan en todo el país, para evitar que se conviertan en basura que contamine el ambiente y, así, poder reciclarlos para otras actividades productivas.
Sebastián Calvo es el presidente de Red Surcos, la principal empresa argentina del sector, y uno de los impulsores centrales de este proyecto. Es, así, un referente indicado para contar de qué se trata esta iniciativa que puede significar una bisagra en la gestión ambiental de la agricultura del país.
“La Asociación Civil Campo Limpio ya está trabajando, armando los proyectos que pondrá en marcha en todo la Argentina y, al mismo tiempo, definiendo algunas modificaciones en su estructura interna, en la que confluyen tanto las empresas representadas en Casafe como las que están en CIAFA, las dos cámaras del sector”, explicó Calvo.
Los de Red Surcos están en el grupo de los fundadores de Campo Limpio, cuya
tarea es simple y ambiciosa a la vez: recolectar y reciclar todos los envases
plásticos que la industria vuelca al mercado, para que se transformen en, por
ejemplo, postes para alambrados, insumos para silobolsas o muchos otros
productos.
“El objetivo que tenemos todas las empresas es lograr una agricultura
sustentable y eficiente, para lo cual acordamos que cada una aportará al
presupuesto de Campo Limpio en función de la cantidad de plástico que vuelca al
mercado, sobre el total que sumen las compañías participantes”, explicó el
ejecutivo.
¿Cómo funcionará la cadena de reciclado? Habrá centros regionales distribuidos a lo largo y a lo ancho de todo el país para recibir los bidones, idealmente luego de que se les haya hecho el triple lavado que indican las buenas prácticas.
Campo Limpio tendrá un importante presupuesto por año, que aportarán las empresas. Buena parte de la inversión se destinará a construir los centros y contratar el personal necesario, por ejemplo.
Del lado de los productores, tendrán una especie de cuenta corriente de kilos de plástico. Es decir, cuando compren agroquímicos se registrará cuántos kilos de plástico se están llevando en los bidones. Y serán esos kilos los que deberán ser entregados luego en los centros de acopio, con el triple lavado.
Finalmente, Campo Limpio se encargará de transportar esos plásticos desde el centro de acopio (se apunta a que haya uno cada 150 kilómetros) hasta el lugar en el que se hará el reciclado (que no pertenecerá al proyecto, sino a terceros).
“La venta del plástico para reciclado también nos ayudará a financiar el proyecto. Se trata de un sistema que ya funciona bien en Colombia, Uruguay y hasta en Brasil, el principal mercado de agroquímicos del mundo”, explicó el presidente de Red Surcos.
Esta iniciativa de la industria se pone en marcha tras la sanción de la Ley 27279, de Envases de Agroquímicos, que se aprobó en 2017 y que prevé todas estas obligaciones, de acuerdo al decreto reglamentario que salió en febrero de este año.
Desde Campo Limpio, cuentan que ya están trabajando codo a codo con todas las
provincias argentinas, en muchos casos sumándose al trabajo que ya están
haciendo en un sentido similar al que busca la nueva ley. “Queremos sumar
eficiencia a los lugares en los que están trabajando en este sentido”, afirman.
Calvo, por su parte, dice que “esta iniciativa es un objetivo consensuado entre
toda la industria y, en nuestro caso, refuerza el compromiso que tenemos por
trabajar para tener una agricultura cada vez más productiva, pero también más
sustentable”.
El presidente de Red Surcos agregó que en ese camino también va la fuerte apuesta que la compañía hace por la nanotecnología, que se utiliza para producir sus productos de la línea Elite, y que le permiten reducir a la mitad la cantidad de principio activo por hectárea, bajando significativamente el impacto ambiental y, al mismo tiempo, mejorando la eficacia de las aplicaciones.
En definitiva, se trata de un proyecto que traerá un cambio importante en la manera de gestionar los envases de agroquímicos en la Argentina. Y todos en la cadena deberán tomarse el tema muy en serio, incluyendo a los productores.
Las autoridades de Campo Limpio detallan que va a existir una trazabilidad sobre lo que compró cada productor, a través de su número de CUIT, y quien no cumpla con devolver los envases no podrá seguir comprando. Además, en casos extremos, la norma prevé fuertes multas, que llegan hasta los 6 millones de pesos.
Todo esto debería estar funcionando ya para el año que viene, a más tardar, indican desde la entidad, cuyos funcionarios ya están recorriendo el país comenzando con charlas y capacitaciones para que el sistema se vaya difundiendo cada vez más.
Como sostiene Calvo, Campo Limpio es un paso importante para la industria de agroquímicos, que quiere trabajar de manera cada vez más sustentable, para que el crecimiento de la agricultura tenga bases bien sólidas y se fortalezca como pilar de la economía del país, para orgullo de todos los argentinos.