¿Qué pasa si Argentina no puede cumplir con la meta fiscal el año que viene? El staff del Fondo Monetario presentó hace unas semanas dos escenarios posibles sobre el futuro de la economía argentina. Lo hizo en un documento ante el Directorio Ejecutivo. En uno de ellos (escenario base), las variables marchan ‘bien’: el PBI crece 0,4% en 2018 y 1,5% en 2019. En el otro (escenario adverso), no tanto: -1,3% y 0, respectivamente.
En cuanto a lo fiscal sucede algo parecido. En la primera situación, el déficit primario baja de 2,7% del PBI a 1,3% del PBI en 2018-2019. En el ‘escenario adverso’, el staff imagina un ajuste más severo: el déficit fiscal en 2019 debería ser 0,9% del PBI como consecuencia de que la economía crece menos. “Desafortunadamente -presentaron los técnicos del Fondo al Board-, bajo este escenario la falta de financiamiento hace inevitablemente las políticas pro-cíclicas”. ¿Qué quiere decir ‘pro-cíclico? Que si la economía cae más de lo esperado, el ajuste fiscal necesario para ‘cerrar el modelo’ y el financiamiento será mayor que si la economía se expande y hay más recursos fiscales. Esto que menciona el staff del FMI es lo contrario al concepto ‘anti-cíclico’: utilizar la política fiscal para suavizar los vaivenes en la actividad y amortiguar el impacto en el empleo. Pero Argentina está en una situación tan vulnerable, que no tiene la opción contracíclica al alcance de la mano y de ahí que haya recurrido al FMI.
Sigamos, ¿qué pasa si Argentina hace los deberes, esto es, cumple con muchos de los compromisos acordados con Washington-política monetaria, cambiaria, etc-, pero no llega a la meta del 1,3% del PBI (1,5% suponiendo los mayores gastos sociales)?
Las restricciones a la inversión pública, la eventual reducción de transferencias a las provincias y una recesión mayor a la esperada, podrían complicar la situación política y la recaudación que Nicolás Dujovne precisa. Morgan Stanley, en un informe a sus clientes esta semana, estima que el rojo el año que viene será 1,8%. Muchos economistas creen que se trata de un escenario que no habría que descartar.
Si esto ocurre, especulan, la confianza de los mercados con la Argentina se recupera en parte y el país ‘rolloveará’ menos vencimientos. Además, si la economía crece menos de lo esperado, el cumplimiento de la meta fiscal se volverá más exigente: la recaudación se resentirá y ajustar el gasto se dificultará.
¿Es muy lejano algo así? Fiel anticipa tres trimestres más de contracción en la actividad. Y la consultora Orlando Ferreres & Asociados pronostica recién para el segundo trimestre de 2019 un aumento del producto en relación al año anterior. Fausto Spotorno, economista jefe de OF&A, calcula que el PBI se contrajo 2,2% en el segundo trimestre del año y espera caídas de 2,6% y 2,2% en el tercer y cuarto trimestre respectivamente. “Este año la economía caerá 1,3%, a fin de año se empezaría a pegar la vuelta en términos desestacionalizados”.
El desafío de Cambiemos se agigantará también en el Congreso bajo el escenario en el que el Gobierno vaya “por el rumbo indicado pero sin alcanzarle para cumplir las metas”: necesitará del apoyo de la oposición para aprobar el Presupuesto 2019. ¿Llegará? “Mientras pensamos que este año el Gobierno sobrecumplirá la meta fiscal de 2,7% del PBI, vemos que es mucho más desafiante llegar al 1,3% del PBI”, dice Morgan Stanley.
Por último. Luis Caputo lanzó su pronóstico: 2% promedio mensual de inflación en julio-septiembre. Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, lo ve ahí. “Estimamos 2,2% promedio”. Ecolatina, por su parte, estima la inflación para el año “en torno a 31,5%”. En ese caso el Gobierno deberá acudir al Directorio del FMI.