Néstor Machado se recibió de Ingeniero Agrónomo en 1964 en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y tres años más tarde, luego de hacer varios posgrados, ingresó a la multinacional Cargill y organizó el Programa de Mejoramiento de Trigo que estuvo activo 32 años, con el que se lograron los primeros híbridos de trigo comerciales en Argentina. Y desde el año 2001 se desempeña como breeder en el Criadero Klein, donde participó en la creación de 28 variedades que se comercializan en Argentina y Uruguay.
Ya cumplió 50 años como breeder de trigo. "Es un trabajo apasionante con todo lo nuevo que hay, te despierta un entusiasmo muy grande", asegura Machado.
1- Con 50 años de experiencia como breeder en trigo. ¿Qué buscan hoy los Programas de Mejoramiento trigueros?
Cada grupo de trabajo o empresa puede tener su foco principal. En el caso de Klein, se sigue una línea de trabajo para lograr una genética de adaptación en diferentes condiciones. Y luego lo complementamos con los otros tres pilares: el rendimiento, con buen perfil sanitario y calidad para que al momento de hacer la venta, no tenga castigo. Somos el único programa que tiene su propio laboratorio.
2- En cuanto al rinde del trigo, ¿estamos cerca del techo?
El techo nadie lo sabe. Hay que tener cuidado con esto. A veces se toma techos de rinde muy individuales y no son representativos. Sí hay posibilidades de mejorarlo siempre. Lo que tiene que interesar es la rentabilidad dentro de un sistema sustentable. Debo tener kilos que los pueda vender y me genere rentabilidad. Argentina debe competir en el mercado triguero con calidad diferenciada pero no se compite con cantidad. Puede haber 10 calidades pero diferenciadas del resto y segregada con trazabilidad, que es lo que va a ayudar al productor y será un excelente beneficio para el país.
3- Con respecto a esto, ¿qué diferencias hay en los programas de mejoramiento en Argentina versus los países competidores?
Desde hace mucho tiempo hay diferencias importante a lo que se refiere al tipo de investigación pública y privada. En otros países competidores la investigación está muy combinada entre ambos y a su vez, están asociadas con productores. En Argentina, hace 40 años había alguna injerencia del Estado pero en este momento, está todo en manos privadas. Se puede poner como único programa oficial el del INTA pero tiene un convenio comercial con una empresa. Ahora, hay preocupación por la parte sanitaria, principalmente, por las royas, y ahí es donde se nota la diferencia entre los países competidores y la Argentina. Falta interacción pública-privada en Argentina para fortalecer los Programas de Mejoramiento de Trigo. En el exterior los resultados en investigación son muy buenos y los mejoradores pueden emplear tecnologías modernas disponibles pero que no están al alcance de un programa privado.
4- ¿Con qué nuevas tecnologías trabajan para el desarrollo de nuevas variedades de trigo?
En Argentina, hay entre 15 a 18 empresas que compiten en el mercado. Esto, que es bueno para el productor, es muy desafiante para los que trabajamos en la parte de mejoramiento porque tenemos que mantener un ritmo muy acelerado. Esto ha llevado a Klein a implementar nuevas tecnologías con el objetivo de acelerar generaciones. Siempre se habla de 8 a 10 años que es lo que lleva lograr una variedad para que salga al mercado. Ahora, se puede lograr un material en 6 a 7 años. En esto estamos trabajando. Se logra con el uso de tecnología, como los invernáculos de condiciones controladas y cámaras de cría. Otra tecnología que sorprende es el uso de luces led en la cual podemos manejar el espectro y manejar la cantidad de luz que recibe la planta lo que logra cambiar los ciclos vegetativos y reproductivos produciendo un acortamiento en todo el proceso. Además, los sistemas de automatización con sensores son más accesibles y permiten ser más precisos. Y los marcadores moleculares, que es la parte más sofisticada, que exige hacer convenios con los que tienen los recursos. Todo esto no excluye los 4 años de evaluación a campo en varias localidades.
5- Usted fue uno de los innovadores de los híbridos de trigo en el país. ¿Cómo continúa el desarrollo de esta tecnología?
Comenzamos a desarrollar los híbridos de trigo en 1967 y en la actualidad se está utilizando la misma tecnología que teníamos hace 50 años, pero agregándole las nuevas herramientas actuales. Argentina perdió la oportunidad de seguir con este trabajo. Ahora, volvió a tener impulso porque hay empresas multinacionales que lo han tomado. En Europa se utilizan híbridos comerciales. Es probable que haya novedades aquí en breve.
6- ¿Cuáles son las principales diferencias con las variedades típicas que hay hoy en el mercado local?
Hay diferencias en relación con los principales aspectos. Tienen mayor estabilidad de rinde en condiciones ambientales variables, además se puede manejar mejor la resistencia a enfermedades y mejoran las características de calidad del trigo.