Rafaela fue pionera en la instalación de tambo "robotizado" a partir de un acuerdo que entabló la Experimental local del INTA y que permite presentar a los productores una alternativa para sus establecimientos.
Pero más allá de la iniciativa público-privada que se establece en nuestra ciudad, y pese a la crisis severa que afronta el sector lechero, hay tamberos que apuestan a la tecnología para aumentar su producción, como es el caso de los robots de ordeñe, que incrementan el rendimiento de la vaca en hasta un 10%.
En María Ignacia Vela, a cincuenta kilómetros de Tandil, el productor Jerónimo di Fonzo efectuó una inversión de dos millones de dólares en un tambo estabulado para 300 vacas, que comenzará a operar en octubre y tendrá un sistema de ordeñe con cuatro robots.
Actualmente, el productor tiene un tambo convencional con 300 vacas, cuya producción es de 25 litros diarios de leche por vaca. En cambio, en el nuevo tambo con robots, esa cifra ascendería a 35 litros por día.
Además, el proyecto incluye una cama de compost y un sistema de biogás para tratar los efluentes. Respecto a esto último, Di Fonzo explicó que la generación de biogás "no es el núcleo del proyecto, sino que busca reducir el daño ambiental y lograr un buen fertilizante no petrolado, sino de materia orgánica, que utilizaremos en el campo.
En un galpón de 30 metros de ancho, los primeros veinte se destinarán a la cama de la vaca; 4,5 al espacio necesario para que pueda comer de pie; y los 5,5 metros restantes a una pista de alimentación por la que los barredores pasan dos veces por día para quitar los deshechos.
La cama de compost se constituye con entre treinta y cuarenta centímetros de aserrín (que será traído de Entre Ríos) y, conforme la bosta va cayendo, se va acumulando. La misma puede aguantar húmedad a una temperatura de aproximadamente 50 grados por un año sin que se desarme.
Fuente: Infortambo