Dos fuertes determinantes, con cierto carácter estructural, han comenzado a incidir negativamente en los precios de los granos, esquema del cual no escapa la soja.
A nivel local, no se vislumbra ello con tanta claridad en vista de las turbulencias cambiarias y la incertidumbre reinante. Pero de un momento a otro, es muy probable que lo haga.
Como lo hemos visto en anteriores comentarios, la evolución del valor de la divisa de EE.UU. suele ser inversa a de los granos.
¿Qué queremos decir? Cuando el dólar se revalúa con relación a las demás monedas del mundo, los precios de los commodities tienden a caminar en baja; y viceversa, cunado tal divisa se devalúa, sus precios tienden a mejorar.
Como los precios de los granos se establecen en dólares, si la divisa estadounidense se aprecia -es decir que las restantes monedas se deprecian- éstos se hacen más caros en los países cuyas monedas se han depreciado. Por lo tanto, la demanda disminuye, pues su capacidad importadora hace lo mismo, y así bajan los precios.
Este proceso es el que estamos viviendo ahora. Al menos, en el comienzo de éste.
Abajo, podemos ver el índice dólar. Este índice mide el valor del dólar estadounidense con relación a una canasta de monedas extranjeras. Ellas son: euro, yen, japonés, libra esterlina, dólar canadiense, corona sueco y franco suizo.
La principal razón por la que el dólar tiende a apreciarse proviene de la suba en las tasas de interés en EE.UU. La tasa que establece la Reserva Federal de este país comenzó a subir a partir de diciembre de 2015.
El problema es que tal suba se ha acentuado últimamente. A lo largo del año pasado, prácticamente, se mantuvo en el 1% anual. Pero este año subió a 1,5%. Y todo indica que, con el gobierno de Trump, este proceso seguirá en ascenso.
Así, la demanda de dólares crece en el mundo y la oferta de otras monedas también lo hace, y la capacidad de ahorro/inversión trata de salir desde los países emergentes y en desarrollo para dirigirse a EE.UU.
Además, tiene un fuerte peso sobre los valores de los granos, el precio del petróleo.
Puede decirse que, en general, hay una correlación directa entre los precios de unos y de los otros. Cuando el precio del petróleo se incrementa, también, lo hacen los granos.
La vía más directa por la que se comportan así los granos, viene de la demanda del petróleo que cuando se incrementa parte de ésta se dirige a los biocombustibles, y así aumenta la demanda de granos. Y viceversa.
Lamentablemente, para los precios de los granos, luego de varios meses de alzas, durante la segunda mitad mayo los valores del petróleo emprendieron un recorrido en baja.
No debe sorprender que, así las cosas, los futuros de soja cierren con pérdidas en Chicago.
El conflicto entre EE.UU, y China no cede y ello no alienta mejoras en los valores.
En tanto en Rosario, hoy lunes 4 de junio, el valor de compra propuesto por la soja disponible se giró en torno a $ 7.100.-