Este gigante compra un 65% de la soja comercializada a nivel global, principalmente desde Brasil y EE.UU.
Las importaciones de poroto de soja son para industrializarlos; y con la harina obtenida alimenta el ganado vacuno, y la industria de porcinos y aviar, de donde obtiene las carnes para alimentar su enorme población humana.
Se estima que las importaciones de soja por parte de China, este año, llegarán a cerca de 100 millones de toneladas de poroto de soja. Un volumen récord.
El consumo de soja de China creció más de 150% entre 2001 y 2011, cuando las barreras a las importaciones se cancelaron por haberse incorporado a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001.
El aumento ha continuado hasta la fecha. El USDA estima que importará 122 millones de toneladas de soja en 2021/2022 y alcanzaría a 200 millones de toneladas en 2025.
Así en pocos años, el actual volumen de 100 millones será muy visto como muy reducido.
La participación de la soja argentina en el comercio mundial disminuirá, durante este año, notablemente.
El aporte de nuestro país será mucho menor. Las exportaciones de soja brasileñas llegarían a 70 millones de toneladas, en tanto que nuestro país podrá vender alrededor de 6 millones, y Paraguay se aproximará a 5 millones.
Aun suponiendo que los tres sudamericanos coloquen todo el volumen que pueden exportar en China, ésta no quedaría abastecida adecuadamente.
En este contexto, luce muy difícil la aplicación de la medida anunciada desde China respecto a la entrada de soja de EE.UU. El escenario con más chances es el de medidas restrictivas acotadas para la oferta norteamericana.
Las crecientes industrias de la molienda chinas se verían dramáticamente afectadas por la falta (ó cuellos de botella) de mercadería. Y, en consecuencia, para toda la cadena cárnica.
Porque no tiene forma de reemplazar el volumen de30 millones de toneladas de importaciones de soja de EE.UU.
La capacidad de molienda anual de molienda en nuestro país es de aproximadamente 63 millones de toneladas y molienda efectiva de granos oleaginosos es de alrededor de 46 millones, por lo que queda una capacidad ociosa de más o menos 25%.
En tanto China juega un rol muy agresivo para procesar. Hoy tiene una capacidad instalada de aproximadamente 135 millones de toneladas, cuando la molienda es de casi 80 millones.
En este juego de suma cero a nivel global, el exportador perdedor será EE.UU. Y el exportador ganador será Brasil. También, podrá obtener algún beneficio nuestro país.
No olvidemos que nuestro país procesa la mayor parte de la soja producida. Es más, importa soja, sobre todo desde Paraguay, para industrializar y posteriormente exportar.
Porque con tantas complicaciones en el comercio internacional, los precios de Sudamérica tendrán, en principio, un nuevo soporte.
Incentiva el panorama positivo para los precios, el problema de falta de humedad en EE.UU. Y a ello, se suma la reducción de los stocks finales a nivel global que pasarían de 96,70 millones (2016/17) a cerca de 90 millones de toneladas (2017/18).
Así las cosas, la industria procesadora local, en el presente año, deberá afrontar la competencia de la exportación de Paraguay que en lugar de dirigirse a nuestro país se verán tentadas a mirar a China.
Además no podrán contar con el nivel de producción interna usual, ya que éste no llegará 40 millones de toneladas.