El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) dio a conocer nuevas tecnología para enfrentar el cambio climático en la ganadería, en marco de un proyecto del Fontagro (Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria).
Los doctores Marta Alfaro y Luis Inostroza, investigadores de INIA Remehue y
Quilamapu, respectivamente, se reunieron en La Unión con cooperados de la
empresa Colun, contraparte de la iniciativa, para comentar sobre nuevas
forrajeras, como parte de una estrategia de adaptación a escenarios de cambio
climático de los sistemas ganaderos del sur de Chile, en particular frente al
déficit de precipitaciones en verano.
“Producto del cambio del clima se ha observado un déficit de lluvia más intenso
y prolongado en el tiempo durante los meses de verano. El principal recurso para
el alimento de los animales en ese periodo es la pradera permanente tradicional
en la zona sur, pero esa pradera con las especies tradicionales no logra
producir forraje debido a la falta de agua. Entonces la intención ha sido
generar alternativas forrajeras que produzcan en los periodos más críticos y que
sean más sostenibles en el tiempo”, comentó la investigadora de INIA Remehue.
En este sentido, en los últimos tres años especialistas de INIA desarrollaron el estudio que permitió entregar información relevante a los ganaderos mediante ensayos desarrollados en la provincia de Ñuble y del Ranco. De ello se desprende que las mezclas más exitosas fueron en base a bromo con lotera y en algunos casos con ballicas, produciendo un 100% más de forraje de lo que hicieron las praderas estándar que el productor siembra tradicionalmente en el periodo de verano y otoño.
En Los Ríos, en tanto, los ensayos consideraron mezclas en base a bromo
forrajero y lotera, que si bien son las lentas en el establecimiento durante el
primer año, es más estable y sostenible en el tiempo con una duración de 3 a 5
años, más conveniente que las praderas bianuales utilizadas comúnmente en la
zona.
La iniciativa científica es parte de una alianza latinoamericana que busca entregar soluciones tecnológicas frente al escenario que se avecina en los próximos 50 años, y que involucra a investigadores de Bolivia, Costa Rica y Argentina.