Los informes técnicos provistos por asesores e instituciones relacionadas al agro que sondean las distintas zonas del país donde se produce el cultivo soja, indican que prácticamente toda la región agrícola se encuentra con presencia de chinches. Esta es una plaga que, independientemente de su nivel poblacional, generalmente tiene un impacto negativo en la producción, por lo cual los especialistas recomiendan realizar un monitoreo eficaz, que permita determinar en forma precisa la abundancia por unidad de superficie de estas, diferencie las distintas especies presentes y defina, según sus observaciones, las medidas de control a efectuar, teniendo en cuenta además, la etapa fenológica en la que se encuentra el cultivo. También, a la hora de decidir un control, es muy importante seguir las recomendaciones de umbrales de acción de INTA, ya que es una herramienta fundamental para adoptar y lograr controles oportunos y correctos.
Respecto al estado de los cultivos, la soja de primera se encuentra en un estado de desarrollo bastante avanzado en el momento en que los especialistas reportan un incremento en la población de chinches. Se estima que en un 30% de los lotes se aplicó algún insecticida en los meses anteriores, por lo cual hoy se encontrarían en condición de una segunda aplicación. De todas formas, recomiendan estar muy atentos en lotes donde la producción será destinada para semilla.
En los lotes de soja de segunda, las chinches comienzan lentamente a
detectarse en los cultivos, los cuales se encuentran alrededor de R5.2 o R5.3,
es decir, aproximadamente en el 50% de la etapa de llenado de granos. Frente a
estas situaciones, se aconseja el uso de productos insecticidas con elevada
acción de volteo y persistencia, como por ejemplo, el uso de productos
formulados con piretroides y neonicotinoides.
Para lograr una alta eficiencia de control y seguridad en sus decisiones,
Rotam® ofrece entre sus productos a Khospi®, un insecticida formulado en base a
Bifentrin e Imidacloprid, que combina la acción de un piretroide y un
neonicotenoide actuando por contacto, ingestión y vía sistémica en el control de
insectos. Khospi ® combina el poder de volteo del Bifentrin y el efecto
prolongado o residual del Imidacloprid. Además, sumado al control sobre
chinches, se logra efecto sobre otras plagas como arañuelas y trips, donde las
condiciones de la actual campaña fueron predisponentes para la aparición de los
mismos.
Una vez más, como desde hace más de diez años en nuestro país, Rotam® ofrece soluciones eficaces al alcance del productor del campo Argentino.