Cuando las cosechadoras recién comienzan a llegar a los campos para iniciar la recolección de los lotes tempranos de soja, el impacto de la sequía que afectó los cultivos durante las etapas que determinaron su potencial de rinde ya es cosa juzgada. Al menos así lo hizo notar ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que redujo de 46,50 a 40 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la producción argentina, una cifra que resulta un 30% inferior a la obtenida en la campaña anterior, de 57,30 millones.
En su informe mensual de estimaciones agrícolas, la entidad explicó que "la humedad continuó siendo insuficiente en los suelos, por lo que el cultivo de soja de primera siguió formando vainas y llenando sus granos en las peores condiciones".
Agregó que el déficit hídrico golpeó con crudeza también a la soja de
segunda, que en la actual campaña cubre cerca del 23% de los 18 millones de
hectáreas sembrados. "Su fracaso productivo se hace sentir sobre los promedios,
ya que en gran parte de la región pampeana se estiman rindes que podrían quedar
debajo de los 20/15 quintales por hectárea", dijo la BCR.
En el relevamiento provincial, los técnicos de la Bolsa advirtieron que las
caídas que se estiman en los rindes en soja en las últimas tres semanas "son muy
graves" y destacaron que Córdoba lograría un promedio de 22,3 quintales por
hectárea, lo que marca una merma de 10 quintales respecto de 2017. En el nivel
país, el rinde nacional promedio fue calculado en 23,6 quintales, 3,2 quintales
por debajo del reporte de febrero y 8,3 quintales menos que los 31,9 alcanzados
en el ciclo anterior.
También ayer, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó su reporte semanal sobre cultivos y mantuvo en 42 millones de toneladas la previsión para la cosecha de soja. "A medida que avance la cosecha se confirmarán las expectativas de rindes relevadas durante las últimas semanas. Hasta ahora solo se registraron progresos aislados, con gran variabilidad en los resultados obtenidos en Córdoba, Santa Fe y en el norte de Buenos Aires", dijo la entidad, que relevó el progreso de la recolección sobre el 2% de la superficie apta.
El panorama no es más alentador para el maíz. En su reporte mensual, la BCR
redujo ayer de 35 a 32 millones de toneladas su estimación para la cosecha, una
marca que resulta un 15,8% inferior a los 38 millones obtenidos en la campaña
2016/2017. "Los rindes de las siembras tardías se desmoronan y afectan
negativamente los guarismos provinciales", dijo la entidad, que proyectó en 59,8
quintales por hectárea el rinde promedio nacional, un 24,5% por debajo de los
79,2 quintales del ciclo anterior.
Al igual que en el caso de la soja, la BCBA no modificó ayer su proyección para la cosecha de maíz y la sostuvo en 34 millones de toneladas. Sin embargo, luego de recolectarse el 8% del área apta, advirtió que los lotes tardíos y de segunda ocupación ven sus rindes potenciales disminuidos por la falta de lluvias importantes durante las últimas semanas. "De no registrarse nuevas precipitaciones, el volumen potencialmente recolectable podría modificarse".
Chicago en alza
El recorte en la estimación de cosecha de la BCR impactó en el mercado externo a mitad de la rueda, de hecho, varios operadores de Chicago extendieron entre sus clientes las cifras de la entidad como una valoración más del grave impacto de la sequía en la Argentina. Con ese fundamento y con las buenas ventas semanales estadounidenses reportadas por el USDA, las pizarras reflejaron alzas de US$ 3,12 y de 3,03 sobre las posiciones mayo y julio de la oleaginosa, cuyos ajustes fueron de 382,41 y de 386,27 dólares.
En el mercado local, las fábricas ofrecieron $5900 por tonelada de soja disponible para la zona del Gran Rosario, 100 pesos más que anteayer. El valor del grano de la nueva cosecha aumentó de 285 a 290 dólares.
No hubo correlato alcista para el maíz en Chicago, dado que la posición mayo bajó US$ 0,78 y quedó en 152,26 dólares. En Rosario la exportación volvió a pagar 3500 pesos por tonelada de maíz con entrega contractual.