La situación crítica que atraviesa nuestro país en materia climática continúa
acaparando la atención en los mercados internacionales. El mes de febrero
finalizó con aportes hídricos insignificantes en la franja central del país y
cada día que transcurre sin llover, se agudiza el deterioro en los cultivos
gruesos. En tanto se amplían las regiones con daños irreversibles y caen los
rendimientos potenciales.
En cuanto a las reservas de humedad, las precipitaciones aisladas resultaron
insuficientes para cubrir los requerimientos de las plantas, dando lugar a
almacenajes deficitarios. Se exceptúan las provincias norteñas que recibieron
chaparrones con frecuencia a lo largo del ciclo y esperan obtener resultados
satisfactorios. No obstante, la incidencia de estas regiones es poco
significativa y actúa sólo como un atenuante en el total nacional. Bajo las
circunstancias actuales, la cosecha de soja está prevista en 44,00 mill.tn.
implando una caída del 23,5% respecto a la campaña anterior.
Paulatinamente el mercado de soja se adecúa a un nuevo escenario de oferta
frente a una demanda que no cesa y fondos inversores que balancean sus carteras
al cambio de coyuntura. Los precios han ido consolidando su tendencia alcista y
alcanzaron la barrera de los 390 U$S/tn. El saldo total de las variaciones
diarias del año arroja un alza de 41 U$S/tn en la plaza de Chicago, equivalente
a casi el 12%.
En el ámbito local la reacción es más pronunciada y se pactaron operaciones
con entrega mayo a máximos de 312,50 U$S/tn. siendo unos 55 U$S/tn más de los
negociados exactamente un año atrás. Si nos remontamos a inicios de 2016, esta
diferencia se amplía a 102,60 U$S/tn. Por otro lado, valores similares se
observaron en el segmento disponible, producto de una demanda que trata de
captar el remanente de soja vieja sin comercializar y alcanza a algo más de 10
mill.tn. Con la proximidad del empalme de cosechas, el carry previsto no se
encontraría muy por debajo del stock actual.
El liderazgo de Argentina en las exportaciones de harinas disparó con fuerza
las cotizaciones del subproducto que se estacionan en máximos desde mediados de
2016. Los operadores toman lectura de que gran parte de la demanda internacional
que quedaría desatendida por nuestro país, deberá redireccionarse a mercados
alternativos, principalmente EE.UU.
En las ruedas precedentes, se sumaron otros factores que tuvieron injerencia
en el mercado. En primer lugar, China se mostró muy activa en tres oportunidades
y adquirió alrededor de 300.000 tn. de soja de origen norteamericano. Dichas
compras reafirmaron las subas en Chicago siendo que el principal importador de
la oleaginosa optó por seguir aprovisionándose y convalidó los actuales niveles
de precios.
Seguidamente, se aceleró la originación de las fábricas norteamericanas que,
como se citó con anterioridad, anticipa una mayor actividad de molienda. De este
modo, se aprecia un interés adicional por soja en el mercado estadounidense,
explicado tanto por la exportación como doméstica.
Otro de los aspectos a considerar es la conducta de los fondos de inversión
que se acoplaron a la demanda. Los especuladores aumentaron su presencia con un
cambio de rumbo acelerando la cobertura de posiciones vendidas. Así por tercera
semana consecutiva, reafirmaron sus apuestas alcistas para el poroto y el saldo
comprador asciende a 15,90 mill.tn. según los datos oficiales provistos por la
CFTC. Independientemente de la dirección en que influyan estos participantes, el
incremento de sus operaciones trae asociado una mayor volatilidad y variaciones
repentinas frente a reportes o noticias disparadoras.
Por otra parte, el panorama actual opacó en cierta medida la realidad
brasileña que, en contraposición a Argentina, se perfila a concretar un ciclo
agronómicamente exitoso. Con una expansión de superficie sembrada y rendimientos
que exceden al promedio en el centro – oeste del territorio agrícola, el país
vecino prevé recolectar un volumen récord que oscilaría en 116 – 117 mill.tn.
Con el 37% de la cosecha completada, el interés vendedor de los productores
brasileños se vio incentivado con precios superiores a los estipulados en su
cronograma de ventas. Los últimos datos señalan que el país vecino tiene
comercializada unas 47,50 mill.tn. volumen que representa alrededor del 40% del
volumen total. En consecuencia es de esperarse una exportación más agresiva
fundamentalmente los meses de abril y mayo, período en que se generaliza la
trilla en nuestro país.
Simultáneamente, es inminente la cercanía de la siembra norteamericana
2018/19 con las proyecciones tentativas en puerta. Las labores de siembra
comienzan a fines de marzo y hasta el momento las cifras divulgadas en el Foro
Agrícola Anual del USDA (Outlook Forum) no anticipan cambios relevantes. Sin
embargo, el ratio de precios Soja - Maíz determinado por los contratos Nov-18 y
Dic-17 se inclina ligeramente a favor de la oleaginosa. Por esta razón, no se
descarta que por primera vez en la historia la superficie dedicada a la soja
termine superando a las de maíz.
En este contexto, optar por cerrar pisos de ventas puede resultar una alternativa favorable. Una herramienta apropiada es el put sintético que combina en simultáneo la venta de un futuro y la compra un call. El resultado más bajo que plantea esta estrategia es de 300,50 U$S/tn y a partir que el precio del futuro supera al strike del call, como puede ser a 310 U$S/tn acompaña la suba, pagando la diferencia entre el valor del futuro en el mercado y 310 U$S/tn que es precio de ejercicio de la opción de compra.
Por Eugenio Irazuegui Analista de Mercados Research en ZENI
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria