Las imágenes de centenares de peces muertos flotando en la orilla de una laguna de Santa Rosa (La Pampa), en un canal de El Fortín (Córdoba) o en brazos santafesinos del río Paraná provocaron sorpresa y hasta temor por las causas de estas mortandades masivas de pejerreyes, carpas, bagres blancos, surubíes, rayas, dientudos y chafalotes, entre otras especies de esas aguas.
Por ahora, todo indica que se trataría de un fenómeno de causa natural. La muerte sería por asfixia, por lo que autoridades sanitarias locales aconsejaron algunas precauciones. "Solo debe consumirse pescado fresco, que es el obtenido de especímenes sanos y de calidad adecuada para el consumo humano, lavados y conservados", indicaron desde la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria. Su titular, Eduardo Elizalde, aclaró: "Está totalmente desaconsejado el consumo de ejemplares muertos o moribundos en estas circunstancias, ya que los peces se descomponen rápido y podrían ser un grave riesgo para la salud".
El calor y las crecidas por las inundaciones habrían dejado esos cuerpos de agua, con poca corriente, sin oxígeno suficiente para los peces y otros organismos por un fenómeno llamado eutrofización.
"La mayoría de las mortandades masivas de peces en el país se registran desde los años 80. Son por aportes de materia orgánica que, al descomponerse, disminuye el oxígeno en el agua y produce anoxia", explicó Alejandra Volpedo, coordinadora del grupo ad hoc Peces de la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet por el Instituto de Investigaciones en Producción Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.
"En esta época, se juntan dos situaciones: las inundaciones que arrastran materia orgánica a los cuerpos de agua y las altas temperaturas que reducen la solubilidad del oxígeno. El resultado visible son los peces muertos", agregó.Aunque no lo descartó, consideró "poco probable" que en estos casos la causa sea tóxica.
Pero, ante la necesidad de comprobar científicamente las causas, Volpedo consideró imprescindible que las provincias y la Nación adopten un plan de monitoreo de las aguas y peces y un protocolo para actuar ante estos casos.
Las imágenes que lugareños difundieron por las redes sociales impactan. Son mantas de peces que cubren el agua en la costa de uno de los cuencos de la laguna Don Tomás, en Santa Rosa; en el canal Florentino, cerca de El Fortín, en Córdoba, y en aguas santafesinas del Paraná, en Villa Ocampo y Romang. Pero eso se repite desde el mes pasado en otras provincias.
Ayer a la noche, en la costa norte de la laguna Don Tomás se habían retirado 15 toneladas de Odontesthes bonariensis o pejerreyes, un 90% de los ejemplares muertos. "En el 83 tuvimos una mortandad muy similar, pero de carpas, en el mismo predio, pero en otro cuenco", recordó Paola Aliaga, directora de Ambiente de la Municipalidad de Santa Rosa.
La funcionaria indicó que "sería interesante poder hacer un análisis de los peces". El fenómeno habría ocurrido el domingo pasado.
"Estas mortandades masivas de peces ocurren habitualmente en las lagunas pampásicas de la Argentina y es ante factores ambientales extremos, como el calor, la disminución de la concentración de oxígeno disuelto en el agua y el bajo nivel del pelo de agua. La mayoría de los peces muertos son pejerreyes, una especie muy sensible a la variación de aquellos factores", explicó Aliaga a LA NACION.
En Córdoba, ante la consulta de los medios, funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería provincial atribuyeron la mortandad de bagres blancos y carpas en el canal El Florentino a "una conjunción de factores" como el calor y la falta de oxigenación y el aporte de nutrientes. Lo mismo indicaron desde el Ministerio de Ambiente de Santa Fe sobre la mortandad de peces en el Paranacito, a la altura de Villa Ocampo o en Romang.
Por: Fabiola Czubaj