La realidad es que cuando en los primeros días de febrero los mercados accionarios del mundo se derrumbaron (el Dow Jones cayó cerca del 6% en dos días y el MERVAL cayó más del 10%) los precios de los principales granos apenas registraron variaciones. Cuando el jueves se publicó el reporte mensual del USDA, el único producto que mostró cambios significativos fue la harina de soja, con subas ese día que treparon hasta los u$s 7 por tonelada, mejora que no se trasladó proporcionalmente a la soja ni en Chicago ni en Argentina. El informe mostró mayores stocks finales en Estados Unidos que los esperados por menos exportaciones y ajustes en las producciones de soja de Brasil y Argentina que se compensaron. La soja en Argentina fue quien más reaccionó con subas de $ 150 en el mercado disponible y de u$s 3 para la cosecha nueva.
Respecto al maíz, la situación es similar. Pocos cambios de precios en lo que va del mes aunque en el mercado local vienen sostenidos desde comienzos de año. Los datos del reporte del USDA fueron alcistas: menores stocks en Estados Unidos por mayores exportaciones y menos producción en Argentina. Sin embargo, los valores apenas reaccionaron ese día. El USDA mantuvo la producción de Brasil en 95 millones de toneladas, dato que dista mucho de lo previsto por CONAB.
Ese mismo jueves la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB) publicó su informe mensual y el dato de color vino por el lado del maíz: recortó su producción un 5% más hasta 88 millones de toneladas frente a los 92 millones previstos en enero. La disminución responde a un menor rinde proyectado para el maíz de primera (2% menos) y a una caída del 6% en la superficie de la safrinha, que dependerá de cómo avance la cosecha de soja (que viene retrasada por las lluvias).
Hasta la semana pasada se había cosechado el 6% de la superficie, por debajo del 10% del año pasado y del 8% del promedio. En Mato Grosso, el mayor estado productor, la recolección cubre el 20% del área superando el 16% promedio mientras que en Paraná, el segundo en importancia, la cosecha alcanzó sólo el 2% frente al 12% del promedio.
Parecería que el USDA no está considerando la magnitud de las demoras por lluvias en los principales estados productores y éste es uno de los factores a seguir, ya que hay previsiones de mucha agua para esas regiones en los próximos días.
Para Argentina, el USDA bajó la estimación hasta 39 millones de toneladas, en línea con la Bolsa de Buenos Aires que también ya empezó a considerar las pérdidas de producción por la sequía.
Hay pronósticos de lluvias para los próximos diez días y es el otro foco clave del mercado, desde el lado de los fundamentals de granos: analizar en qué proporción las lluvias que se reciban (si se reciben) ayudan a limitar el estrés que ya registran los cultivos y de esa manera, evitar mayores recortes en los números finales de producción. Recordemos que las bolsas locales son más pesimistas que el USDA en cuanto a soja. La Bolsa de Buenos Aires ayer recortó nuevamente su estimación hasta los 50 millones de toneladas.
Frente a este escenario de incertidumbre productiva y, teniendo en cuenta que los niveles de precios actuales en el orden de los u$s 275 superan las expectativas iniciales en término de márgenes, seguimos sugiriendo realizar ventas o tomar coberturas por un 30/40% de la producción.
Quien no quiera asumir el riesgo de entregar mercadería ante la posibilidad de menores rindes se puede armar una cobertura mediante la compra de Put, poniendo un precio mínimo a la venta pero aprovechando las subas. Hay disponibles PUT Mayo con precios de ejercicio u$s 266 por un costo de u$s 3,6 lo que nos deja un precio mínimo de u$s 262,4. También se puede elegir un piso más alto, comprando PUT con strike en u$s 270 y un costo de 5,1 u$s y abaratar esa prima mediante la venta de un CALL Noviembre con strike en 312 y cobrando u$s 5,6. El resultado de esta estrategia nos permite vender la soja a un precio mínimo de u$s 270,5 y aprovechar parcialmente la suba hasta llegar al precio máximo de u$s 312,5 (u$s 20 por encima del futuro noviembre y superando los u$s 300 que son vistos como disparadores).
En cuanto al maíz, se mantiene sostenido en buenos niveles frente a los presupuestos: u$s 160 abril y u$s 150 julio por lo que no hay que descartar vender si aún no se puso precio a la producción.
Para quien haya realizado ventas, si bien los valores locales están muy por encima de las paridades teóricas contra Chicago, los precios siguen sostenidos: a nivel internacional, por la mejora en la demanda y por la menor producción que puede llegar a tener Brasil y en el plano local, hay incertidumbre productiva y la exportación sigue activa por los buenos márgenes y trata de asegurar mercadería. Todos estos son indicios que justificarían dilatar nuevas decisiones.
Por Daniela Reale , Analista de Mercados en BLD S.A.
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria