Por tercera rueda consecutiva, el valor de la soja argentina fue de 5000
pesos por tonelada para las entregas sobre el Gran Rosario, donde el volumen
comercializado resultó escaso, por la expectativa de eventuales subas alentada
por los vendedores.
Los tenedores de la mercadería sostienen como argumentos alcistas la posibilidad de que el peso mantenga una tendencia de pérdida de valor frente al dólar y advierten que las condiciones de sequía que afectan zonas agrícolas relevantes llevarán su impacto alcista hasta las pizarras de Chicago. Tampoco pierden de vista la continuidad del cronograma mensual de reducción de los derechos de exportación de la oleaginosa (0,5%) iniciado en el presente mes.
Además, la posición de los vendedores fue fortalecida por el FAS teórico
calculado por el Ministerio de Agroindustria de la Nación, que resultó de 5151
pesos por tonelada, y por la capacidad teórica de pago de la industria aceitera,
que fue ponderada en 5035 pesos por tonelada por la Bolsa de Comercio de Rosario
(BCR).
Tal como ocurrió en las ruedas precedentes, los compradores más necesitados de mercadería otorgaron un plus de hasta 50 pesos por tonelada sólo para los oferentes que comprometieron lotes importantes y para descargas en el muy corto plazo.
En los puertos del sur de Buenos Aires la soja también se mantuvo estable, en
4850 pesos por tonelada para Bahía Blanca y en 4750 pesos para Necochea.
La estabilidad del precio de la soja argentina se contrapuso con la segunda jornada consecutiva levemente bajista en el mercado externo y con la leve apreciación del peso frente al dólar (la paridad pasó de 18,93 a 18,83).
El valor de la soja de la próxima cosecha, con entrega en mayo, osciló de 255 a 259 dólares por tonelada, un rango que volvió a ser rechazado por la mayoría de los potenciales vendedores, que consideran que 270 dólares es el piso, en una campaña que climáticamente no evoluciona del mejor modo.
Vale destacar que en las jornadas precedentes se revirtió la tendencia vista durante buena parte del último cuatrimestre de 2017, donde las ofertas de los compradores para la soja disponible resultaban inferiores a las vigentes para la oleaginosa con entrega en mayo. Esa situación era una de las razones que se esgrimían para justificar la retención de mercadería, que aún hoy ronda los 14 millones de toneladas del ciclo 2016/2017.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), la posición enero de la soja sumó US$1,50 y cerró con un ajuste de 269,50 dólares por tonelada, mientras que la posición mayo resignó US$0,40 y terminó la rueda con un valor de 262 dólares.
Chicago en retroceso
Las pizarras de la Bolsa de Chicago reflejaron bajas de US$0,92 y de 1,10 sobre las posiciones enero y marzo de la soja, cuyos ajustes resultaron de 351,18 y de 354,12 dólares por tonelada.
La tónica bajista respondió a la posibilidad cierta de que el viernes el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) eleve su previsión sobre las existencias finales 2017/2018 en el informe mensual sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial.
En ese sentido, la agencia Reuters indicó que el promedio de las estimaciones privadas ubicó el stock estadounidense en 12,85 millones de toneladas, por encima de los 12,12 millones del reporte del mes pasado y lejos de los 8,20 millones remanente de la campaña 2016/2017.
También tuvo influencia bajista el informe de la consultora brasileña Céleres, que elevó de 109,82 a 111,80 millones de toneladas su proyección sobre la producción 2017/2018 de soba de Brasil, que recién se inicia. En diciembre, el USDA estimó la cosecha en 108 millones.
La incertidumbre sobre el cierre de la siembra y sobre la evolución de los cultivos de soja en la Argentina, donde miles de hectáreas oscilan entre el déficit hídrico y condiciones propias de sequía, limitaron las pérdidas.
Cereales firmes
En el mercado doméstico del maíz, los exportadores volvieron a pagar 2850 pesos por tonelada para todas las terminales, en tanto que la oferta por cereal de la próxima cosecha, con entrega desde marzo, se mantuvo en torno de los 150 dólares por tonelada.
Las posiciones abril y julio del maíz en el Matba perdieron US$0,30 y terminaron la rueda con ajustes de 150,70 y de 145,70 dólares por tonelada.
Tras las bajas del lunes, en Chicago los contratos marzo y mayo del maíz recuperaron US$0,68 y 0,69, en tanto que sus valores de ajuste fueron de 137,39 y de 140,64 dólares por tonelada.
Acerca del trigo argentino, los exportadores pagaron 3050 pesos por tonelada para Bahía Blanca y para el Gran Rosario, sin cambios. El mismo valor fue ofreció para Necochea, donde implicó una mejora de 50 pesos.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que los molinos pagaron entre 2870 y 3550 pesos por tonelada de trigo, según calidad, procedencia y forma de pago.
En el Matba, la posición enero del trigo sumó US$0,50 y cerró con un ajuste de 166 dólares por tonelada, mientras que el contrato julio bajó US$1,50 y terminó la rueda con un valor de 174,50 dólares.
El trigo estadounidense se negoció con subas próximas al 1,3% en la Bolsa de Kansas, producto de la expectativa de que el USDA confirme el viernes una superficie sembrada con variedades de invierno inferior a la cubierta en el ciclo anterior. Al cierre del mercado, las pizarras mostraron alzas de US$2,12 y de 2,02 sobre los contratos marzo y mayo, cuyos ajustes fueron de 161,31 y de 166,27 dólares por tonelada. En Chicago, las mismas posiciones ganaron US$1,66 y 1,74 tras finalizar la jornada con valores de 158,83 y de 163,60 dólares por tonelada.