Las exportaciones de granos y subproductos agrícolas aportarían al país en 2018 un ingreso en dólares similar al de 2017, con unos US$ 26.000 millones. Esto siempre que el clima acompañe la producción.
En tanto, la recaudación por retenciones, que hoy el Estado sólo cobra por la soja, disminuiría un 8,5% al finalizar el año. Bajaría unos US$ 350 millones, de US$ 4100 a 3750 millones. En este punto, vale recordar que en el año las retenciones a la soja se recortarán en 6 puntos, del 30 al 24%, a razón de 0,5% por mes desde el mes actual.
Así se desprende de un informe realizado por Juan Manuel Garzón, economista
del Ieral, de la Fundación Mediterránea. El ingreso por divisas sería parecido
al de 2017 en el marco de una cosecha y precios similares.
En su trabajo, Garzón prevé una cosecha total de granos que, si se diera en el marco de condiciones climáticas normales (vale recordar que hay regiones afrontando falta de humedad con pérdidas en los rindes potenciales), dejaría 124 millones de toneladas de granos. Es una cifra similar a la de 2017 considerando los siete principales cultivos, esto es, soja, maíz, trigo, sorgo, girasol, cebada y maní.
"Este escenario base tiene un poco más de maíz que en el ciclo previo [unos 2
millones de toneladas más], un poco menos de soja [un millón] y un poco menos de
trigo y cebada [300.000 y 500.000 toneladas, respectivamente]", explicó.
Respecto de los precios internacionales, "los futuros que se disponen actualmente no difieren mucho de los valores de 2017, por caso, una soja a US$ 370 en 2018 cuando el FOB promedio informado en 2017 ha sido de US$ 367", según precisó.
De acuerdo con las proyecciones de Garzón, las exportaciones 2018 de granos y sus derivados (harinas y aceites) "no deberían diferir mucho de las de 2017" y rondarían en valor los US$ 26.000 millones. Esto si el clima acompaña. Ese número similar en 2017 ya había sido un 4,2% menos que en 2016. "La cifra anterior supone condiciones climáticas normales. Si el clima se complica y la producción se resiente, resultará difícil alcanzarla", afirmó.
Por otra parte, si se regularizaran las existencias de soja en manos de los productores que está sin comercializar, hoy en cerca de 18 millones de toneladas, un valor históricamente alto para esta fecha, de salir al mercado esa mercadería les agregaría a las exportaciones de 2018 un plus de entre US$ 1500 y 2000 millones.
"La decisión de cuánta soja vender y cuánta conservar afectó negativamente las exportaciones del complejo en 2017 y será un factor determinante de las exportaciones de 2018. Si se intensificase el proceso de retención, la presión sobre los envíos del año será mayor. Por el contrario, si las tenencias volviesen a niveles más normales, las exportaciones 2018 pueden tener un plus, un empujón extra de varios millones de toneladas de soja vieja que entran al circuito comercial y se sumarían a la soja nueva del ciclo 2017/2018", señaló.
Gustavo López, consultor de Agritrend, trazó dos escenarios para 2018, uno sobre la base de una situación de clima normal y otro con sequía. Con un clima normal se alcanzarían 127,5 millones de toneladas. En tanto, con sequía el volumen sería de 119,5 millones de toneladas.
Así, si el clima acompaña quedarían para exportar 92,3 millones de toneladas, que dejarían US$ 26.600 millones. En cambio, con sequía, el saldo exportable se acortaría a 84,4 millones de toneladas y con un ingreso por divisas de US$ 24.700 millones. Tener un escenario con sequía significaría una pérdida de unos US$ 1900 millones en el potencial de ingresos.
Respecto de la recaudación por retenciones, según Garzón, suponiendo que en 2018 las exportaciones del complejo sojero sean similares a las de 2017 y que el tipo de cambio crezca al 1% mensual, el fisco podría estar recaudando unos $ 75.000 millones en concepto de derechos de exportación, una cifra superior a la de 2017 en términos nominales (+10%), "pero menor en términos reales", indicó.