La rebaja del IVA del 21% actual al 10,5% para las carnes de pollos, cerdos y conejos, propuesta en el proyecto de reforma tributaria que impulsa el Gobierno nacional, podría tener efectos no deseados para los productores.
Más allá de lograr equiparar la presión fiscal con lo que tributa la carne vacuna, un informe de IERAL advirtió sobre la preocupación latente en las granjas porcinas por la posibilidad que se presenten saldos técnicos a favor de los contribuyentes en forma permanente en este impuesto, por la presencia de alícuotas diferenciales (mayores en las compras de insumos del 21% que en las ventas del 10,5%). Esto teniendo en cuenta que los saldos técnicos a favor no se devuelven ni se pueden aplicar al pago de otros impuestos, sino que sólo se recuperan a futuro contra el mismo IVA.
"Pero si son permanentes (se repiten en todos los ejercicios), el IVA pierde su neutralidad, los saldos nunca se recuperan y pasan a formar parte de los costos", destaca el informe que aclara que el saldo técnico es la diferencia entre débitos y créditos de IVA que un inscripto tiene cuando compra insumos o servicios y vende productos; si es positivo, es un monto a favor del fisco que debe abonarse, mientras que si es negativo, es un monto a favor del contribuyente -"se pagó IVA de más".
El análisis de los especialista Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti,
determina la posición del IVA en dos sistemas intensivos de producción (250
madres y 500 madres) con información provista por actores del mercado para el
período octubre 2016-septiembre 2017, en la situación tributaria actual y en el
escenario hipotético de reducción del IVA. Para la granja de 250 madres se
suponen parámetros bajos de eficiencia (2563 kilos por madre año), mientras que
en la granja de 500 se toman parámetros altos (3536 kilos por madre año). A su
vez, se plantean tres casos posibles vinculados a la obtención del alimento, en
particular de maíz y harina o expeller de soja: a) compra de ambos insumos en el
mercado; b) producción propia de maíz y compra de expeller de soja en el mercado
(IVA 21%); c) producción propia de maíz y acceso al expeller de soja a un IVA
reducido (10,5%).
Los resultados indicaron que la baja del IVA a la producción y comercialización de cerdos (10,5%) habría reducido senciblemente los saldos técnicos (en el período considerado), aunque estos seguirían siendo positivos en cinco de los seis tipos de granjas analizadas. "Sólo en uno de los casos el cambio tributario habría dejado los saldos técnicos en negativo (a favor del contribuyente); es en la granja de menor productividad y en la situación donde ésta se provee de todo el alimento completamente en el mercado (por ende a un costo mayor de IVA)", destacaron.
En el ejercicio se supuso que todas las compras y las ventas se declaran, y a sus precios reales de mercado. Se explica que la subdeclaración de ventas tendría a priori menos sentido, y también que la posibilidad de un menor recupero de IVA podría generar incentivos contrarios a los buscados por el lado de las compras de insumos gravados, induciendo a una mayor subdeclaración. "El hecho que los saldos técnicos se reduzcan en forma significativa expone al sector a quedar con saldos sin recuperar (quizás durante varios meses) en ciclos de márgenes ajustados o negativos, los que seguramente se presentarán en el futuro, tal como ya sucediera por caso durante el primer semestre de 2016", se concluye y agrega que de concretarse la baja de la alícuota del IVA ventas, será indispensable acompañar la medida con un esquema que garantice el recupero del IVA inversiones en un plazo razonable.