Precisamente, el martes los legisladores establecieron cambios al proyecto que incluyó una rebaja del IVA del 21% actual al 10,5% para las carnes de pollos, cerdos y conejos, para así equipararlos con lo que tributa la carne vacuna.
El haber quedado afuera de esa lista dejó a los productores de huevos sin respuestas. "Nos sorprendió porque era algo que ya estaba acordado con el ministro anterior, Ricardo Buryaile. Hasta nos habían pedido los estudios, donde demostramos que generaría un círculo virtuoso de crecimiento de recaudación si se redujera el IVA", contó a El Cronista Javier Prida, presidente de la Cámara de Productores Avícolas (Capia).
El ejecutivo afirmó que el sector ya había acordado una rebaja de la alícuota, tanto para huevo como para pollo, que iba a ser a través de un decreto presidencial, una jugada que finalmente se frustró. "Seguimos cayendo a pique. Fue un año malo, que cerrará con caída de exportaciones del 25%, por lo que hubo que resignar precios en el mercado interno. Los precios de comercialización son los mismos que los del 2015", afirmó Prida.
Con esos precios se refirió a los pagos al productor, que por docena reciben
$ 13, en un sector compuesto por alrededor de 950 empresas, mayormente
familiares, distribuidas en 18 provincias. "Era una oportunidad única para
federalizar la ayuda. Con esa baja calculamos que el Estado lograría recaudar $
400 millones más, además de sacarle rentabilidad al informal", destacó.
En contraste, desde el sector avícola celebraron la medida. "Es algo que veníamos pidiendo. No había razón para que las distintas carnes tuvieran tratamiento impositivo diferenciado. Es un paso muy importante", afirmó Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). El dirigente planteó que la medida ayudará a bajar la informalidad en el sector, aunque no influirá directamente en el tema precios. Todavía, sin embargo, los productores de huevos guardan esperanzas de un visto bueno de la Casa Rosada para todavía ser incluidos en la normativa.