La presión que está ejerciendo el Banco Central sobre el sistema financiero, manteniendo la tasa de interés de referencia en un nivel del 28,75% para que haya menos pesos en circulación y así reducir la inflación, ya empieza a notarse con claridad en las decisiones de los banqueros. El directorio del Banco Nación volvió a subir sus tasas de interés, tanto de lo que le paga a sus depositantes como la que aplica a quienes piden crédito.
Según comentó ayer a este diario Javier González Fraga -titular del Nación- la principal entidad pública decidió subir tres puntos porcentuales todas las tasas que aplica a la denominada “cartera general” de créditos. Es el segundo ajuste que hacen. El 27 de octubre pasado fue el primero.
Además, en medio del boom de demanda del crédito hipotecario modalidad UVA, también hubo retoques. Si bien mantiene una línea básica a UVA + 3,5% (vinculada a los créditos Procrear) subió a UVA + 5,5% (estaba en 4,5%) la línea hipotecaria para los clientes de la entidad y UVA + 7% (estaba 5,5%) para el resto del público. En verdad la suba de los créditos UVA se está dando en todo el mercado. En los últimos tres meses el ajuste promedio fue de dos puntos.
Estos ajustes aplican para quienes empiecen a tramitar créditos desde ahora. Para quienes ya tienen la carpeta ingresada, se mantienen las condiciones vigentes al momento del inicio del trámite.
Si bien el Nación cuenta con la inapreciable ayuda de los fondos del sector público, que mantiene mucho dinero en cuentas a la vista, esa ventaja también se está achicando. Ocurre que los responsables financieros de las reparticiones que mantienen fondos en el Nación, también quieren hacer rendir más esos fondos y se vuelcan, como lo haría cualquier gerente financiero, hacia las Lebacs. Lo hacen depositando esa liquidez en los fondos comunes de inversión del Nación que invierten, justamente, en Lebacs.
A los depositantes, el Nación también les mejoró el premio: ahora les ofrece plazos fijos a tasas del 25% anual, dos puntos más que lo que pagaba hasta el lunes.
Los bancos están obligados a pagar más por su liquidez, un colchón que está haciéndose paulatinamente más delgado. Días atrás el titular del Central, Federico Sturzenegger, advirtió que a este ritmo de crecimiento del crédito, la liquidez excedente de los bancos se agotaría en marzo del año que viene.
Ese dato es reflejo de lo que se estuvo viendo en los últimos meses. Líneas de crédito que crecen a tasas superiores al 60% respecto a los stocks de un año atrás, bien por arriba de la inflación medida para ese mismo período. La demanda de crédito se disparó este año -hipotecario, prendario, personales- pero también las líneas que toman las empresas.
En el mercado dicen que si hay desaceleración de la demanda de financiamiento se notará primero en las empresas, y no tanto en las familias. “Las empresas reaccionan más rápido ante una suba en el precio del dinero, y eso se nota rápidamente.
La tasa de adelantos (créditos de corto plazo para empresas) que mide a diario el Banco Central ya está en 29,2% anual. El lunes 23 (un día antes de que el BCRA iniciara la suba de tasas) estaba en el 26,9%. Una pista para anticipar que el ritmo de expansión del crédito empezaría a caer. Si la realidad responde a los manuales, tasas en alza recortan el crédito y enfrían la actividad.