La multinacional norteamericana Cargill notificó a la agroindustrial Ledesma su intención de ampliar su participación accionaria en la asociación estratégica que ambas compañías conforman para el negocio de la molienda húmeda de maíz en el país.
Esta asociación data del 2008, cuando las dos empresas crearon Glucovil Argentina, con un 70% del capital social en poder de Ledesma y el otro 30% para Cargill, una asociación que se constituyó sobre la base del negocio de molienda húmeda de maíz que Ledesma poseía desde 1983.
A raíz de un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Ledesma confirmó que recibió la intención de negociar la ampliación de capital por parte de Cargill, algo que el Directorio de la compañía "ha decidido considerar".
En tanto, especificó que "la sociedad comenzará a negociar los términos y condiciones de una posible transferencia del 40% de las acciones de Glucovil Argentina a favor de alguna de las compañías del grupo Cargill a fin de que dicho grupo se convierta en accionista mayoritario", expresó Ramón Masllorens, Responsable de Relaciones con el Mercado de Ledesma.
Según agrega, de concretarse la operación Ledesma conservará un 30% de las
acciones, y recibirá un desembolso de u$s 80 millones "combinando precio,
valuación de eficiencias y potencial financiamiento, todo ello sujeto a lo que
resulte de la negociación efectiva y del proceso de debida diligencia que deberá
realizarse sobre la compañía".
Glucovil posee su corazón productivo en una planta ubicada en la ciudad de Villa Mercedes, en la provincia de San Luis, provincia donde adquiere más del 80% del maíz que consume, convirtiéndola en el principal destino para el maíz de esa provincia (ya que absorbe cerca de un tercio de lo que allí se cosecha). La misma se especializa en la producción de jarabe de fructosa, glucosa, almidones y otros subproductos de la molienda húmeda de maíz.
En el caso de los jarabes de alta maltosa, por ejemplo, se destinan principalmente a la industria cervecera, mientras que el jarabe de glucosa es utilizado para la producción de distintos productos alimenticios como pueden ser golosinas, panificados, helados, turrones, chicles, barras de cereal, dulce de leche, mermeladas, entre otras aplicaciones, además de emplearse también en industrias como curtiembres, tabacaleras, construcción y plateado de metales. Por su parte, el jarabe de alta fructosa se destina como sustituto del azúcar en productos como gaseosas, aperitivos, licores o jugos, y en procesos industriales como panificados y conservas de frutas.
También los almidones tienen destino en aplicaciones alimenticias y técnicas. Algunos, para la elaboración de productos de panadería, snacks, postres, salsas, aderezos, pastas, golosinas, chacinados, gomitas y dulce de leche; mientras que otros son diseñados para la industria del papel, cartones, corrugados, cartulinas para envase de alimentos, adhesivos, placas de yeso y porcelana fría, entre otros.
La planta puntana también aprovecha los subproductos del maíz para la elaboración de alimentos balanceados para animales de granja y mascotas, y desde 2011, del aceite del germen obtiene aceite de maíz crudo.
Según datos del reporte de sostenibilidad de Ledesma, la compañía alcanzó una producción de más de 319.000 toneladas de maíz procesado (en el año 2015) y tiene actualmente un 25% de participación en el mercado local de este producto. Además, exporta alrededor del 20% de la producción a países como Chile, República Dominicana, Perú, Ecuador, Cuba, El Salvador, Panamá, Guatemala, Paraguay, Bolivia y Uruguay.