Productores del sur de Santa Fe recorrieron durante el fin de semana
distintas zonas afectadas por el desborde de La Picasa a la vez que reclamaron
una solución urgente por el impacto que el fenómeno tiene en la vida económica y
social de los pueblos de la región.
Mirtha Mas, productora de San Gregorio, un pueblo de 6000 habitantes ubicado a siete kilómetros de la laguna, explicó a LA NACION: "Se sufre mucho porque no hay caminos, se va perdiendo trabajo y la gente tiene que emigrar. El pueblo está muy impactado por la baja de actividad. Este año fue terrible; se cortó la ruta 7 y el ferrocarril San Martín".
El departamento General López, en el sur santafecino, es el más golpeado por
el desborde de la laguna. En la zona se estima que las hectáreas afectadas son
unas 100.000. La diputada nacional Lucila Lehmann, de Cambiemos, acompañó en la
recorrida a los productores.
Mas comparó la actual situación con la que vivieron en 2000. Tres años después de esa crisis se inició una obra que se inauguró en 2008 y que "se suponía haría que no volviéramos a inundarnos. No fue así. Estamos cada vez peor".
Aaron Castellanos, donde viven 500 personas, está "sumergido, con agua entrando a las casas por las napas altas". Eduardo Salleras, ex tambero y ex presidente comunal del lugar, coincidió con que los trabajos de hace una década "empeoraron" la situación. La alternativa de bombeo norte "tapó el desborde natural y el agua se vuelve a los pueblos".
"Creíamos que la alternativa norte nos iba a aliviar y nada; con la sur sólo desagotan la cuenca hasta la laguna, saca el agua que viene de arriba pero va a La Picasa -continuó Mas-. No hay muchas respuestas, nos dicen que hasta ahora no hay solución. Una posibilidad es el desagüe al Paraná , que llevará mucho tiempo".
Esa propuesta fue retomada por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación y costaría unos 10.000 millones de pesos. El gobierno nacional financiaría el 70% de la obra. La iniciativa ya le fue presentada por escrito al gobierno de Santa Fe y "hablada" con el resto de los distritos. La idea es, si hay acuerdo, comenzar con las obras aguas abajo, en los arroyos Pavón y San Urbano.
El sur de Santa Fe, según estiman los productores, perdió unos 30 tambos en los últimos años. Coinciden en que es "imposible" cuantificar las derivaciones económicas de los anegamientos e inundaciones. Y destacan que es "enorme" porque no hay caminos, no se puede prácticamente mover la producción.
En los pueblos la altura de las napas -que suben por la "presión" que ejerce la laguna- los pozos ciegos (en la región no hay cloacas) se desmoronan y las casas registran fisuras en la construcción.
En la audiencia realizada ante la Corte Suprema de Justicia por los desbordes, hubo productores que hablaron en representación de las poblaciones. Pidieron que las autoridades "se pongan a la altura de las circunstancias" y encuentren una solución.
"Tenemos la esperanza de que la Corte haga algo -dijo Mas-, que se haga un estudio de terreno para evitar que se sigan haciendo canalizaciones y destruyendo el medio ambiente. No podemos permitir que se rompa la tierra por cualquier lado, que se unan lagunas, se corten lomas, se libere el paso hacia aguas abajo e inundándonos".