El intendente local, Federico Chiocarello, recibirá a todos los actores
afectados por el cierre de la planta de La Serenísima de Las Varillas. El
objetivo del encuentro será interiorizarse de la problemática, de primera mano,
y en su caso gestionar programas de asistencia al personal que pudiera ser
despedido.
En el mismo sentido, están gestionando reunirse con directivos de la firma
para tratar de obtener una solución alternativa.
Se trata de 15 operarios de planta y tres jerárquicos. "La mayoría de ellos
son varillenses que tienen familias, su vida hecha en nuestra ciudad", lamentó
Chiocarello.
El cierre de la planta está decidido. Será el 30 de noviembre. Los encargados
de la empresa reunieron a los empleados y les comunicaron que la opción para el
personal podría ser el traslado a Trenque Lauquen, General Rodríguez (Buenos
Aires) o Canals, la más cercana, a 300 kilómetros de distancia (y la única en la
provincia de Córdoba).
Los empleados ya están acompañados y asesorados por el gremio, Asociación
Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra).
"Además, ya fue notificado el Ministerio de Trabajo de la provincia y se les
informó a los legisladores provinciales para presentar un proyecto y estar
atentos a asistir y tomar las medidas necesarias frente a esta situación", narró
el intendente.
En esa línea, indicó que "se analizará lo que se pueda hacer, pero no son más
que paliativos, solo subsidios por un tiempo, pero una vez que pasa ese período,
un año, qué pasa después". "Son decisiones empresariales", deslizó.
El mandatario describió que "puede responder a los cambios en las condiciones
de trabajo en el campo, otro por reestructuraciones de la empresa, esta nueva
mirada económica que tiene el país y otros factores que se conjugan llevan a
esto".
Sobre cuánto pudieron influir las inundaciones sufridas en la zona en los
últimos años, explicó que "esta planta en 2008/2009 recibía 600 mil litros
diarios, veinte camiones, y hoy está en los 30 mil, o sea que entra uno solo. Es
una crónica anunciada. Hace rato los empleados lo venían advirtiendo. Se veía
venir".
La planta de La Serenísima se radicó "hace casi 20 años, y hacia la figura de
Pascual Mastellone no tenemos más que halagos, que incluso vendió al municipio
una parte del predio, 40 hectáreas, donde se está avanzando y casi listo el
Parque Industrial (una sociedad de economía mixta entre el Estado municipal y
privados nucleados en asociaciones empresariales), pero él no está más al frente
(el Grupo Arcor adquirió parte de los capitales)".
"Cuando llegó la empresa compró un predio grande y tenía muchos proyectos que
se anunciaron, pero quedaron en el camino", narró el jefe del Gobierno
municipal.
Y de esas proyecciones quedó en solo funcionar como enfriadora de leche, con
un terreno ocioso que fue adquirido por el municipio.
Ante el cierre de la planta y personal capacitado, con experiencia (varios
rondando los 40 años), el intendente no descartó conformar una cooperativa de
trabajo o tambera: "Se pondrán todas las alternativas sobre la mesa".
Sobre cómo afecta el ánimo de la comunidad esta situación, dijo: "Me recuerda
cuando era niño y se fue el ferrocarril. Ahí la ciudad vivió una situación
parecida, como en todo el país. Estas épocas de caos ya las hemos vivido en la
Argentina. Aquella vez fue dura y hace muchos años que no estábamos
acostumbrados a este tipo de medidas". Y resurge frente a este cuadro, también
como la quiebra de Zanello y el consecuente celebrado resurgimiento de la firma
Pauny SA (33% en forma de cooperativa de trabajo).
Fuente: Infortambo