Sin lugar a dudas, este mes es una suerte de bisagra.
La mirada del mercado internacional vira, desde EE.UU. hacia Sudamérica, fundamentalmente hacia nuestro país y Brasil.
Según vaya evolucionando la siembra en esta última región, los precios tenderán hacia arriba o abajo.
En los últimos días del mes pasado había empezado a operar a favor de los precios la escasez de lluvias en el centro-oeste de Brasil.
Además, los problemas de piso de la zona núcleo agregaban presión a la suba en los valores de la soja.
Pero recientemente, las precipitaciones comenzaron a irrumpir en buena parte del vecino país. Ello ha permitido un fuerte avance en las siembras, especialmente, del sur del país, sobre todo en Paraná.
Se estima que cerca de un 45% de la superficie se habría completado.
Sin embargo, Brasil no puede estar del todo satisfecho, porque la situación en Mato Grosso es más delicada y la siembra viene retrasada. El tema no es menor ya que este Estado contribuye con casi el 30% de la producción nacional.
De acuerdo a la Companhia Nacional de Abastecimento (Conab), la superficie de siembra llegaría a cerca de 35 millones de hectáreas. Se trata de un área de algo más de 1 millón de hectáreas por arriba de la de la campaña anterior.
Sin embargo, se prevé que el volumen de cosecha se algo menor a la del ciclo anterior puesto que las condiciones climáticas y las demoras de las lluvias no permiten alentar un rinde similar al de ese ciclo.
El USDA, de hecho, prevé una reducción en la productividad lo que acarrearía una baja, de 114 millones de toneladas, correspondientes a la campaña finalizada a 107 millones, para la próxima.
También se han desparramado rumores que estarían provocando una expectativa de rebaja en el rendimiento de EE.UU.
Producción mundial de soja (USDA)
En el cuadro anterior, se nota la baja que habría en la producción mundial. Pero ello no significa, necesariamente, una caída de stocks. Habrá que ver qué pasa con la demanda. A juzgar por el papel de China, el panorama no parece malo.
Si hablamos de demanda, se destaca la posición importadora de China.
En lo que va de este año, China ha comprado cerca de 43 millones de toneladas de soja brasileña. Es decir algo más de 7 millones por arriba del mismo período del pasado año.
Las importaciones chinas han provenido en primer lugar de Brasil, y en segundo, de EE.UU.
El mes de septiembre fue emblemático: las exportaciones de soja estadounidense apenas se aproximaron a 1 millón en tanto que la de Brasil se acercaron a 6 millones.
Con relación a nuestro país, la siembra avanza a paso muy lento, sobre todo en el noreste bonaerense y el sur santafesino, por los excesos de humedad que afectan los suelos.
También, siguen muy demoradas las ventas correspondientes al ciclo 2016/17 en relación al promedio de las últimas campañas.
La resistencia a comercializar podría llegar a ser una bomba de tiempo porque tal demora hará crecer el stock final, y en consecuencia, los precios locales tendrán una presión adicional a la baja.