Con las labores de cosecha en las instancias finales, los rindes obtenidos no
hacen más que confirmar los pronósticos de una nueva campaña agronómicamente
favorable en EE.UU. Con una productividad más acorde al promedio, la expansión
en la superficie sembrada y la baja proporción hectáreas desechadas permiten
alcanzar una producción histórica cercana a las 121 mill.tn.
El crecimiento de la oferta en el segmento físico se ve reflejado en una caída
estacional en las bases ofrecidas por las terminales del Golfo. Como contrapeso
incide el activo ritmo de embarques de las últimas semanas dada la necesidad de
cumplimiento de los compromisos de entregas. Considerando los volúmenes
embarcados hasta fines de octubre, se estima que unas 12,30 mill.tn. fueron
despachadas, monto que representa el 40% de las operaciones de exportación
concretadas a la fecha. A su vez, se comprometió poco más del 49% de la meta
prevista por el USDA para toda la campaña comercial 2017/18.
El mes de noviembre marca un punto de inflexión en la visión del mercado que
redirige gradualmente su atención hacia Brasil y Argentina. Así comienza a
gestarse el mercado climático sudamericano con las primeras definiciones de
siembra. En este sentido, la falta de humedad en regiones del centro – oeste de
Brasil y las dificultades resultantes adelantaron la atención de los operadores
ante un inminente corrimiento del ciclo de implantación.
Con el correr de los días, las precipitaciones se hicieron presentes en las
zonas más necesitadas permitiendo un aumento en los niveles de humedad en
superficie, generando un ambiente más propicio para la siembra. Hasta el momento
se logró completar el 43% del área en intención, fundamentalmente en el sur
agrícola con avances significativos en los campos de Paraná que ya cubrió el
74%, porcentaje acorde a la marcha usual a esta altura del año.
No obstante, a pesar de la normalización de las condiciones hídricas en los
últimos días, Mato Grosso continúa mostrando ciertos atrasos en la implantación.
La siembra alcanza al 61% y se encuentra rezagada en comparación al ritmo
registrado el año pasado cuando a comienzos de mes ya tenía cubierto el 81%. La
importancia de este estado se explica en que aporta cerca del 28% del volumen
nacional.
La postergación de las labores en un plazo prudencial no necesariamente implica
una pérdida de rendimientos si el factor climático acompaña, pero sí asegura un
costo adicional no previsto, principalmente debido al aumento en la aplicación
de fungicidas para controlar roya y la aparición de plagas. De requerir mayores
erogaciones, los márgenes de rentabilidad se ven disminuidos. A modo de ejemplo,
considerando que los precios negociados para marzo con entrega en Mato Grosso
rondan los 299,50 U$S/tn. y una estructura de gastos promedio según IMEA, los
rindes de indiferencia ascienden a 29,3 qq/ha apenas por debajo de los 31,6 qq/ha
promedio en las últimas campañas.
La ventana de siembra se extiende hasta la tercera semana del corriente y, de
postergarse, impactaría a su vez en el período de implantación de maíz safrinha
que se cubre una vez finalizada la trilla de soja. Los cultivos en las etapas de
formación y llenado de vainas aumentan su vulnerabilidad frente al contexto
climático, situación que comenzaría a observarse para fines de diciembre.
Si nos extendemos a todo el territorio agrícola brasileño, es de esperarse un
nuevo incremento en las hectáreas destinadas que darían lugar a la décima
segunda campaña de crecimiento ininterrumpido con 34,85 mill.has. A diferencia
de lo que sucede en nuestro país, la superficie de maíz temprano caería y libera
una porción de hectáreas que serían ocupadas por la soja.
Dado que el país vecino escolta a EE.UU. en términos de producción y es líder en
el comercio internacional, existen otras variables que condicionan la
operatoria. En las últimas ruedas la depreciación del real aceleró el ritmo de
ventas de los agricultores locales, tanto de la cosecha vieja como operaciones
de la nueva campaña, impactando negativamente en los precios FOB de exportación.
En estas circunstancias el mercado norteamericano suele perder ventajas
comerciales y Chicago ajusta sus cotizaciones frente a este escenario.
La decisión del Banco Central de Brasil de recortar en 75 puntos básicos la tasa
de interés Selic al 7,50% (vs. 14,25% de hace un año atrás) marcó el inicio de
un recorrido alcista en el tipo de cambio que llegó a una paridad de 3,33 R$/U$S
nivel que no se observaba desde los primeros días de julio. La moneda se
depreció cerca de un 5% en las diez ruedas precedentes, tendencia que se
reafirmó este último viernes. Los indicadores macroeconómicos más favorables y
una inflación que permanece por debajo de las metas oficiales resultaron
suficientes y abrieron la posibilidad a una nueva baja en el tipo de interés
para fin de año.
Mientras tanto la siembra en nuestro país avanza a paso firme en los primeros
tramos concentrándose en los núcleos productivos y llega a poco más del 7% a
nivel nacional. La campaña gruesa volvería a rebajar su participación de soja en
el total sembrado ante la mayor predisposición del productor a optar por maíz,
el principal competidor por el uso de la tierra.
La estructura actual de precios acentúa los incentivos a diferir entregar con
los contratos a mayo que ofrecen un plus de 9 U$S/tn. Los negocios forward
superan cómodamente al de años anteriores con más de 5 mill.tn. y se anticipa
que cuánto más alto sea este diferencial, crece el carry de cosecha sin pricear
para la nueva campaña. Asimismo, los stocks iniciales podrían ubicarse en
niveles históricamente altos compensando con creces la baja productiva respecto
al ciclo anterior.
Para las próximas jornadas el mercado estará a la expectativa ante el informe de
oferta y demanda que emitirá el USDA este jueves. Con posibles ajustes en los
rendimientos de EE.UU. el mercado ponderará con mayor hincapié las proyecciones
de producción, tanto para Brasil como para nuestro país.
Por Eugenio Irazuegui; Analista de mercados - Research en ZENI
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria