CORDOBA.- Según un trabajo de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), la participación del Estado en la renta agrícola cayó 3,5 puntos porcentuales respecto a junio y alcanzó el 71,1% (frente al 74,7% anterior) pero está 5,7 puntos porcentuales por encima de un año atrás.
La diferencia con junio pasado se explica por el aumento de los ingresos por
encima de los costos, lo que determinó una mejora de la renta. El precio
disponible en dólares del maíz y la soja subieron un 7% y un 8%,
respectivamente, en comparación con junio y el dólar aumentó un 9%, mientras que
los costos aumentaron un 7,4% en los últimos tres meses.
Respecto de la suba interanual, el economista de FADA. David Miazzo, planteó que los costos de una hectárea promedio subieron un 27,7% mientras que el valor bruto de producción de una hectárea promedio en el país tuvo un incremento del 16,5 por ciento.
Aclaró que la baja del índice no aplica para los campos inundados, donde la situación es "preocupante". Por ejemplo, en provincia de Buenos Aires un productor que sembró 500 hectáreas de maíz "enterró" en inversión cerca de $ 2,5 millones. Los afectados por el agua afrontan mayores costos para cosechar y transportar, pérdidas de una parte de la producción y hasta la totalidad de lo invertido para sembrar, según describió Miazzo.
El informe analiza los costos involucrados en una hectárea de maíz desde el valor FOB al resultado después de todos los impuestos. Los gastos de fobbing representan entre el 9% y el 10% de los costos involucrados en una hectárea de maíz. El valor es el mismo que el de los fertilizantes, tanto en maíz como en soja. "Hay un tema de competitividad y costo argentino para trabajar", señaló Miazzo.
Otro punto son los fletes, cuya participación se va incrementando en el interior. En el caso del maíz, representa el 26,5% de los costos en Buenos Aires, el 28,9% en Córdoba y el 29,5% en San Luis.
FADA también advirtió que nuevas cargas tributarias y regímenes de información significan mayores costos y mayor dificultad para el sector productivo, que no sólo tiene que ocuparse de producir más y mejor, sino que tiene que ser un agente de los Estados Nacional y provinciales, cumpliendo funciones de agentes de información y retención en múltiples casos.
Miazzo explicó que "un país más competitivo requiere de una carga tributaria y administrativa baja, simple y eficiente". Por ejemplo, el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba incorporó aranceles indicativos para el Registro de Tierras Explotadas (Nación) y el Régimen de Información de Combustibles Líquidos (provincia de Córdoba), dos cargas más que se sumaron a las obligaciones de los productores.
Mientras el índice FADA nacional da 71,1%, el de Buenos Aires es de 65,7%, Córdoba 68,5% y San Luis 68%. Lo que más impacta en esta comparación es que San Luis, por ejemplo, tiene rindes menores y una renta por hectárea menor que las otras dos provincias. En términos absolutos, el efecto de los impuestos es exactamente al revés, una hectárea en Buenos Aires es la que más tributa y una en San Luis la que menos lo hace.