Durante el fin de semana se registraron intensas lluvias en varias zonas de nuestro país, entre ellas toda la cuenca oeste de la provincia de Buenos Aires; zona que ya viene soportando excesos hídricos, en algunos casos, desde hace ya casi un año. Estas nuevas descargas hídricas afectaron aún más toda esta región impidiendo en muchos casos la posibilidad de acceder a los establecimientos y complicando además las perspectivas productivas a futuro.
En el caso de la cuenca oeste, desde CAPROLECOBA ya se venía advirtiendo sobre la imperiosa necesidad de una planificación ordenada y coordinada en cuanto a infraestructura hídrica entre las entidades competentes tanto nacionales como provinciales y municipales. Entre los reclamos se destaca la necesidad fundamental de una acción concreta, y eficaz en el corto y largo plazo en materia de caminos rurales y accesos. Un país con una matriz productiva como la nuestra donde vastas e importantes regiones se desarrollan de la mano de la agroindustria, no puede dejar librado a las inclemencias del tiempo, la posibilidad de movilizar la producción, los insumos, los alimentos, y lo más importante, su gente.
El tambo además de ser una actividad intensiva donde la producción diaria depende de los accesos a los establecimientos; es una actividad que genera desarrollo local, trabajo y arraigo familiar, las escuelas, los pueblos y todas las zonas urbanas y periurbanas se enriquecen de la mano de esta actividad. Más allá de las crisis que provocan los distintos indicadores, las fluctuaciones de mercado y las condiciones meteorológicas; se necesitan de manera urgente soluciones que sí están al alcance de la mano y que requieren de una decisión política concreta: caminos transitables. Sin caminos, no hay tambos.
Fuente: Infortambo