La diversidad de problemas que generan estas inundaciones va desde la pérdida de miles de hectáreas de soja y maíz que no se pudieron cosechar, muchísimos  litros de leche que se tuvieron que tirar, hasta la perdida de terneros y vacunos en general.

Las pérdidas no solo son productivas, sino también la infraestructura, sobre todo la parte vial, está colapsada, poniendo en juego la vida rural.

En toda esta zona, una gran parte del corazón productivo agrícola, ganadero y lechero de la Argentina, poco más de 5,5 millones de hectáreas inundadas y/o anegadas. A esa superficie hay que agregarle aquella que no tiene piso, por efecto de las napas, lo cual impiden llevar adelante cualquier labor, y aquellas zonas inaccesibles por la falta de caminos adecuados.

AGRICULTURA

A esta altura del año, la única manera de minimizar estos daños debería venir de un cambio drástico, hacia la baja, en las precipitaciones de los próximos meses, lo que, con la llegada de la primavera, días más largos y mayor temperatura, ayude a evaporar los excedentes hídricos y permita hacia fin de año, con una expectativa de menor rinde potencial, sembrar áreas hoy inundadas. Desde ya con las napas tan cerca de la superficie, las siembras en estas zonas conllevan un riesgo de que precipitaciones excesivas en algún momento del ciclo del cultivo ocasionen perdidas en los mismos.

 

GANADERIA

12 de los 18 millones de cabezas de la Pcia. se encuentran en el área inundada.

La cuenca baja del salado, que alberga un porcentaje importante del rodeo de cría de la provincia y del País, se encuentra en la zona afectada, y en este momento esas zonas están en la etapa de parición, por lo que se está definiendo la producción potencial del año próximo, que seguramente tendrá un impacto negativo en la tasa de destete del año 2018 y de continuar esta situación los rodeos verán afectados su nivel de preñez lo que se terminara reflejando en una merma de la producción potencial de terneros en el 2019.

Las zonas donde se hace la recría o engorde de los animales también fue afectada su oferta forrajera lo que además de la perdida ocasional de ganado, lo que llevó a incrementar la utilización de forrajes de reserva y granos para la mantención de los animales. Todo esto agravado por la falta de infraestructura vial adecuada, que impide cualquier normalidad en las tareas diarias a desarrollar.

Las zonas de La Pampa también están comprometidas, y al igual que en Bs As, en la zona afectada hay un porcentaje importante del rodeo ganadero de La Pampa.

Si tenemos en cuenta que el rodeo nacional, según datos del SENASA, supera los 53 millones de cabezas, más del 25% de ese rodeo se encuentra en la zona afectada.

LECHERÍA

Esta actividad se ha visto fuertemente afectada, no solo por el impacto directo de las precipitaciones sobre la oferta de forraje y bienestar animal, que ocasiono una merma en la producción, sino también por el colapso de la red vial que impidió el normal envío de la leche de los tambos a las usinas lácteas, teniendo que tirarse la leche en muchos casos por la imposibilidad de sacarla de los campos.

Cambios en la estructura de costos y un precio pagado al productor por debajo de esos costos, sumados a los problemas climáticos y de infraestructura, conformo un combo mortal para muchos tambos, que derivo en el cierre de los mismos.

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