La escena se volvió a repetir. Mientras buena parte de los operadores
esperaba que hoy el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por
sus siglas en inglés) redujera los volúmenes previstos para las cosechas de soja
y de maíz estadounidenses, en virtud de un clima que no resultó el mejor para la
evolución de los cultivos, el organismo sorprendió al mercado al elevar sus
cifras por segundo mes consecutivo en su reporte mensual de oferta y demanda de
granos.
En el caso particular de la soja, el organismo marcó un récord histórico, al proyectar la producción 2017/2018 de los Estados Unidos en 120,59 millones de toneladas, por encima de los 119,23 millones del mes pasado; de los 117,79 millones previstos por los operadores, de la anterior mayor marca, de 117,21 millones en el ciclo 2016/2017. El crecimiento tuvo como fundamento un rinde promedio de 33,56 quintales por hectárea, que superó el valor de agosto, de 33,22 quintales, y la cifra calculada por los privados, de 32,82 quintales.
Un dato para tener en cuenta al momento de buscar explicaciones a un récord
que se daría (aún hay que atravesar la etapa de la recolección, que comenzará a
ser relevada por el USDA desde el lunes próximo) sin un clima ideal es que en la
presente campaña se sembraron 2,47 millones de hectáreas más que en la temporada
agrícola precedente (36,22 vs. 33,75 millones de hectáreas).
El desencanto del mercado se reflejó en forma inmediata sobre las pizarras de la Bolsa de Chicago, que llegaron a marcar quitas superiores a los 6 dólares por tonelada, que hacia el cierre de los negocios logró moderarse. Al momento de fijar los ajustes, las posiciones noviembre y enero de la oleaginosa resignaron US$ 3,49 y 3,40 al terminar la rueda con precios de 349,25 y de 353,02 dólares, en la que fue la cuarta jornada bajista consecutiva.
Pero el cuadro de situación pudo haber sido peor, de no mediar el recorte hecho por el USDA sobre las existencias finales estadounidenses de la campaña pasada, de 10,08 a 9,40 millones de toneladas, gracias al incremento del volumen de las exportaciones. Esa reducción evitó que el incremento de la oferta en el nuevo ciclo elevara el stock 2017/2018, que quedó en 12,93 millones, frente a los 12,94 millones de agosto. No obstante, ese dato superó los 12,08 millones esperados por el mercado.
El único dato alentador dejado por el organismo en su trabajo mensual fue el incremento proyectado de las importaciones chinas de poroto de soja, de 91 a 92 millones de toneladas para la campaña 2016/2017 y de 94 a 95 millones para el ciclo 2017/2018.
Respecto de la Argentina, el USDA mantuvo en 57,80 millones de toneladas su previsión sobre la producción 2016/2017, pero redujo de 7 a 6,50 millones el volumen de las exportaciones. En cuanto a la aún lejana cosecha 2017/2018, el organismo la volvió a estimar en 57 millones.
En la plaza local, si bien los compradores comenzaron la jornada con una oferta abierta en 4100 pesos, 100 abajo del lunes, la negativa de los vendedores logró que, al menos, la demanda repitiera los $ 4200 por tonelada para las entregas sobre el Gran Rosario. Según fuentes del sector comercial, el volumen comercializado no habría superado las 15.000 toneladas.
No hubo propuestas abiertas por soja de la próxima cosecha, pero la idea del mercado estuvo en torno de los 255 dólares por tonelada, lejos de las expectativas de los vendedores.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones noviembre y mayo de la soja perdieron US$ 2 y 1,60, mientras que sus ajustes fueron de 251,50 y de 256 dólares por tonelada.
Maíz en 360
Las diferencias entre el mercado y el USDA se replicaron en el mercado de maíz. En efecto, el organismo proyectó la cosecha estadounidense del cereal (la recolección avanzó sobre el 5% del área) en 360,30 millones de toneladas, por encima de los 359,50 millones estimados en agosto y de los 356,50 millones esperados por los operadores. A diferencia de la soja, la caída de la superficie implantada con el grano grueso hace que el volumen 2017/2018 se mantenga bastante por debajo del récord 2016/2017, de 384,78 millones.
También en el caso del maíz, el fundamento de la corrección alcista mensual fue el incremento del rinde promedio nacional calculado, por hoy el USDA en 106,64 quintales por hectárea, contra los 106,39 quintales de agosto y los 105,57 quintales estimados por los operadores.
Para acentuar las diferencias entre el USDA y el mercado, al aumento de la cosecha se sumó la previsión de una menor demanda doméstica de maíz en EE.UU. (se redujo la proyección de uso para etanol de 139,70 a 139,07 millones de toneladas), que derivó en existencias finales de 59,30 millones de toneladas, superiores a las calculadas el mes anterior, de 57,74 millones, y a las proyectadas por los privados, en 55,12 millones.
Con todas estas cifras, reveladas en medio de la rueda de negocios, las pizarras de Chicago mostraron quitas de US$ 2,36 sobre las posiciones diciembre y marzo del maíz, cuyos ajustes resultaron de 138,38 y de 143,20 dólares por tonelada.
Para la Argentina, el USDA estimó la producción de maíz 2016/2017 en 41 millones de toneladas, sin cambios, al igual que el saldo exportable, que fue ratificado en 27,50 millones. En cuanto al ciclo 2017/2018, que recién se está iniciando con las primeras siembras, el organismo elevó su proyección de cosecha de 40 a 42 millones de toneladas y sostuvo en 28,50 millones el volumen de las ventas externas.
En la plaza disponible, las ofertas de los exportadores por tonelada de maíz evidenciaron una baja importante. La transición respecto del lunes fue de 2400 a 2300 pesos para Bahía Blanca y de 2350 a 2250 pesos para el Gran Rosario y para Necochea. También retrocedió el precio del cereal de la nueva cosecha, con descarga entre marzo y abril, de 145 a 140 dólares.
En el Matba, las posiciones diciembre y abril del maíz bajaron US$ 2,50 y 1,50, en tanto que sus ajustes fueron de 142,50 y de 147 dólares por tonelada.
Trigo sin novedades
En el espacio del trigo el USDA no hizo cambios sobre las cifras respectivas a los Estados Unidos, dado que mantuvo estables las proyecciones sobre cosecha, en 47,33 millones de toneladas; exportaciones, en 26,54 millones, y sobre las existencias finales, en 25,38 millones. Este último dato quedó levemente por encima de los 25,04 millones esperados por el mercado.
En su trabajo mensual, el organismo confirmó la mayor cosecha de trigo en Rusia, al elevarla de 77,50 a 81 millones de toneladas. También incrementó su previsión sobre las exportaciones rusas, de 31,50 a 32,50 millones.
Así, al no haber datos inesperados, tras un primer impacto bajista del informe sobre los precios, más por una cuestión de simpatía con la caída de las cotizaciones de los granos gruesos que por factores propios, el valor del grano fino logró quebrar la tónica y terminó la rueda con saldo positivo. La posición diciembre del cereal en Chicago y en Kansas sumó 2,67 y 2,58, al quedar con un ajuste de 162,41 y de 162,32 dólares por tonelada, respectivamente.
Para la Argentina, el USDA mantuvo sin variantes sus estimaciones sobre la cosecha y sobre el saldo exportable en el ciclo 2017/2018, en 17,50 y en 11,50 millones de toneladas.
Acerca del mercado, las ofertas de los exportadores por trigo disponible se mantuvieron en $ 2700 por tonelada para Necochea y en $ 2650 para Bahía Blanca y para el Gran Rosario. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que los molinos pagaron entre 2500 y 3150 pesos por tonelada del grano fino, según calidad, procedencia y forma de pago.
El trigo de la nueva cosecha, con entrega en enero, se cotizó a US$ 158 por tonelada para el Gran Rosario y para Bahía Blanca, y a US$ 155 para Necochea, sin cambios. En el Matba, la posición enero del cereal sumó un dólar y terminó la rueda con un ajuste de 162,50 dólares por tonelada.