Utilizan la violencia como metodología de protesta. Sueñan con un Estado
mapuche independiente en la Patagonia. Esta es la radiografía central que
elaboró el Gobierno sobre los dos grupos mapuches que tienen en vilo a las
poblaciones sureñas de Chile y de la Argentina: la agrupación Resistencia
Ancestral Mapuche (RAM) y la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
Sus manifestaciones agresivas llegaron a la Ciudad de Buenos Aires, con
enfrentamientos y destrozos. Estos "modales", una novedad para los porteños, ya
son conocidos en la Patagonia, incluso por las comunidades mapuches que dicen
defender que muchas veces quedan inmersas en una situación de miedo y
desprotección.
La ministra de seguridad Patricia Bullrich aseguró que el Estado tomó una
decisión política sobre este conflicto: "No vamos a permitir una república
autónoma y mapuche en el medio de la Argentina; esa es la lógica que están
planteando, el desconocimiento del Estado argentino, la lógica anarquista".
Y agregó, en diálogo con radio Mitre: "Nuestra decisión es total y absoluta de no permitir que en la Argentina se asiente un grupo que utilice la violencia como forma de acción". De hecho en el Gobierno creen que la exacerbación de las últimas semanas está vinculada con la decisión del Estado de enfrentarlos.
Anoche, una movilización para pedir la aparición de Santiago Maldonado, el artesano de Chubut cuyo paradero se desconoce desde el 1° de agosto, fue utilizada como excusa para que integrantes encapuchados de la RAM atacaran a policías y periodistas, pintaran móviles e incendiaran motos de las fuerzas de seguridad.