El gobierno de Mauricio Macri comenzó ayer la etapa final de la campaña en la
que apurará a los votantes para que apoyen a Cambiemos en las propias primarias
abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del 13 de agosto próximo, y que no
esperen hasta las elecciones del 22 de octubre para darle un respaldo a la
coalición oficialista.
Según confiaron a LA NACION altas fuentes de la Casa Rosada y de Cambiemos, se
buscará así que se adelante el denominado "voto útil" en contra de la ex
presidenta Cristina Kirchner , la candidata a senadora por Unidad Ciudadana.
Algo así como instalar el escenario de octubre en las PASO de agosto.
Esa estrategia se notó claramente en el acto de ayer en Tandil. El Presidente y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal presentaron en el centenario Club Independiente a los candidatos a senadores de Cambiemos, liderados por Esteban Bullrich; a diputados, encabezados por Graciela Ocaña; además de todos los postulantes de otras listas provinciales y municipales.
En el discurso más emocional, Vidal exclamó que "a esos que no dudan, quiero decirles que salgan a convencer a otros". Y aseguró que "ahora es el momento de convencer a los que todavía dudan, a contarles que el camino de la esperanza ya empezó, a buscar a los que faltan: a los amigos, familiares, compañeros de trabajo, a los vecinos, con la convicción, con el corazón".
La gobernadora suplicó: "No dejen que les mientan, no van a tener más seguridad si sigue habiendo narcotráfico y mafias".
Macri también pidió el voto a su turno y a su modo. "Lo más importante para que esto continúe es que volvamos a mirarnos frente al espejo, con sinceridad, y digamos realmente queremos construir este país desde la verdad, la transparencia, darle la batalla a la injusticia y a la corrupción, y a la resignación".
Y lanzó una fuerte crítica a la oposición, al asegurar que "aquellos que estuvieron tantos años ahora vienen con soluciones que no sólo no aplicaron y no se ocuparon de los problemas, sino que dejaron al país en ruinas. Gobernaron muchos años y ahora tienen todas las soluciones".
"Basta de mentiras, mañas, de mafias", exhortó el jefe del Estado al terminar su discurso sobre el escenario de 360° y ante unas 2000 personas en el tradicional club de Tandil, ciudad donde vivió de niño, frente al intendente Miguel Ángel Lunghi.
Según pudo saber LA NACION en la Casa Rosada, la fuerte paridad en las encuestas en la provincia de Buenos Aires con Cristina Kirchner encabezando algunos sondeos de opinión, llevó a Cambiemos a adoptar la estrategia desde la próxima semana de hacer un fuerte pedido del voto para las PASO del 13 de agosto y no especular con un triunfo sólo en las elecciones de octubre.
La última etapa programada para la campaña de Cambiemos consiste en "pedir el voto". Sin embargo, la complicación en las encuestas hizo que la estrategia fuera apurar el triunfo en agosto y adelantar el "voto útil" con el que se preveía ganar en octubre. "El voto tiene que ser en las PASO, en agosto", dijo a LA NACION uno de los principales asesores de campaña de Vidal.
Una eventual derrota en las PASO de agosto complicaría mucho a Cambiemos de cara a octubre porque podría dar una señal de debilitamiento político e incluso económico justo cuando Macri y la Casa Rosada deben convencer a los inversores a apostar por el país. La recuperación política de Cristina Kirchner sería una mala señal para muchos de los empresarios que la consideran un riesgo económico.
Además, un revés en las PASO podría cambiar el escenario electoral y generar un escenario imprevisible para octubre, aunque en Cambiemos tienen mediciones claras de que en octubre el macrismo recibiría votos de simpatizantes de otras fuerzas políticas que buscan impedir que Cristina Kirchner se lleve las dos bancas de senadora. De todos modos, de cara a los dos años que le quedan de mandato, Cambiemos triunfaría con voto prestado y no espontáneo: eso podría complicar futuras negociaciones con el peronismo en el Congreso. En ello se centrarán los últimos 12 días de campaña del oficialismo.
Una preocupación en Cambiemos consiste en que detectaron que mucha gente no le da importancia a las PASO, porque el propio Gobierno instaló la idea de que no definen nada y entonces podría dejar de asistir espontáneamente a los comicios. La apatía, sobre la que ahora Macri y Vidal quieren llamar la atención, podría provocar que el kirchnerismo saque ventaja con su estructura porque en muchos municipios lleva a la gente a votar.