El gobierno bonaerense espera tener terminadas para el próximo año 50 obras
en el noroeste bonaerense, una de las regiones más afectadas por las
inundaciones en la pampa húmeda que golpean tanto al campo como a poblaciones
urbanas. Sólo para el sector agropecuario, las pérdidas en la provincia rondan
entre 250 y 300 millones de dólares, si bien por la mayor producción en maíz y
trigo a la provincia le estarán ingresando este año US$ 2000 millones más que el
año pasado.
La inversión por todas esas obras, 41 de ellas hidráulicas, 6 de vialidad y 3 de
viviendas (con la construcción de casas, por ejemplo, para 40 familias en
Salto), y que incluyen 15 partidos, será de $ 3259 millones. De ese monto, $
1806 millones los pone la provincia y el resto, $ 1453 millones, el gobierno
nacional. Vale recordar que en mayo pasado la provincia decretó la emergencia
hídrica en el noroeste bonaerense, que estará vigente por 18 meses. Con esa
emergencia se pueden hacer obras más rápido.
En una entrevista con LA NACION y Clarín la gobernadora María Eugenia Vidal señaló que de esas 50 obras, que tienen un costo según su importancia de entre 2 y más de 50 millones de pesos cada una, ya hay diez finalizadas (entre otros lugares en General Villegas, Carlos Tejedor, Junín y Rivadavia) y otras 14 en ejecución. Es lo que puede mostrar como resultado la provincia casi dos meses después de la emergencia.
"La mitad de las obras ya empezaron o se terminaron, y las otras, de acá a fin de año van a empezar. Esta emergencia lo que suma es la posibilidad de que el gobierno de la provincia pueda hacer obras en menos tiempos burocráticos de lo que llevan las obras hidráulicas tradicionales y reasignar partidas presupuestarias para poner esto en prioridad", dijo la mandataria.
"Las obras son fundamentalmente de defensa de las ciudades, terraplenes, limpieza de arroyos y canales, alcantarillado, mejorado de caminos rurales y accesos para que no queden localidades aisladas", agregó Vidal.
La gobernadora destacó que en los últimos tres años los promedios de lluvias en la región al menos se duplicaron, y reconoció que hay lugares como General Villegas que van por su tercera cosecha perdida. Para ese partido, además de la extensión de la emergencia, que permite postergar el pago de impuestos, señaló que se buscará una política específica.
De hecho, el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, indicó que se está estudiando que empresas y comercios, afectados por la menor actividad debido a las inundaciones, puedan acceder a certificados de emergencia.
Si bien estas obras no serán la solución completa a las inundaciones, para el gobierno bonaerense traerán alivio. Y al menos el 20% de los problemas que hoy tiene el agro se van a "descomprimir", según Sarquís. Luego, cuando avancen en paralelo las obras que restan del Plan Maestro del río Salado, una obra que se planteó en 1999 y debería haber concluido en 2011, entre el 70 y el 80% de los problemas de inundaciones en más de la mitad de la provincia o 60 municipios deberían estar controlados en cinco años.
Hay una obra del Salado, que tiene financiamiento del gobierno nacional por $ 1800 millones e incluye 27 kilómetros desde Las Flores por el tramo IA de la IV etapa del plan, que tendría que haber empezado hace un mes, pero aún no se pudo empezar a la espera de que baje el agua. Después de ésa se harán otros 34 kilómetros, con US$ 300 millones del Banco Mundial.
Contraste de políticas
La gobernadora Vidal buscó mostrar contrastes con la gestión anterior. Dijo que hay un trabajo coordinado entre 20 organismos, más recursos, como $ 180 millones para equipamiento (Defensa Civil estaba sin botes), y que de 14 personas abocadas a estas tareas se pasó a 600 entre varios organismos. Hay un centro de alerta temprana y se hacen evacuaciones en seco ante riesgos con lugares preparados.
Sobre las críticas de productores que piden por máquinas de Hidráulica en zonas que reciben agua de otros partidos, dijo que "no faltan equipos, sino que se trabaja según lo que regula Hidráulica".