El clima en EE.UU. es el centro de la atención de los operadoras a nivel mundial.
Lo que sucede en julio y en agosto es vital para la cosecha gruesa.
La importancia del país del norte es fenomenal. En definitiva, casi 37 millones de hectáreas están sembradas con maíz y algo más de 36 millones, con soja.
A la fecha, aproximadamente un 50% del área maicera del país se encuentra en el periodo de floración. A su vez, la proporción de la superficie de soja, cerca del 55% de los cultivos están en floración y casi el 20% se encuentra en formación de vainas. En este caso, agosto es determinante.
El punto candente ahora es qué va a pasar con el clima en este país.
Una cosa es importante: los que hoy vaticinan una elevada probabilidad de reducción en las temperaturas y un aumento en el nivel de humedad son justamente aquellos que erraron hace poco. Y, en consecuencia, no serían tomados debidamente en cuenta por los operadores comerciales.
No se aguardan, en rigor, precipitaciones de cuantía. Por el contrario, se espera que se acentúen las altas temperaturas sufridas durante julio, con lluvias de escasa consideración.
En este sentido es vital el desarrollo del clima en el área del Mid West.
Veamos lo que dice el reporte del 17 de julio de United States Drought Monitor. La humedad correspondiente al 34% de la capa superficial del suelo y al 33% de la capa inferior del suelo se hallaba entre escasa y muy escasa, para el Estado de Illinois. Con relación al de Iowa, un 51% de la capa superficial y un 42% la capa inferior, entre escasa y muy escasa.
El mapa de reservas de agua en el suelo revela que los Estados de Iowa e Illinois, los más importantes productores, tiene una proporción muy destacada en condiciones de deficiencia hídrica. Lo coloreado con amarillo representa una muy suave seca y lo coloreado con marrón claro significa una moderada sequía.
Mid West de EE.UU.
Con el mercado climático operando a fondo, los Fondos Especulativos, que son formadores de extrema relevancia sobre los precios de corto plazo están en plena acción.
Estos fondos suelen posicionarse como comprados al aguardo de inconvenientes climáticos potenciales, que incidan en la producción, para tomar ganancias. Y una vez capturadas las ganancias esperadas tienden a vender. Todo ello produce los vaivenes que estamos atravesando.
La cuestión es que desde que comenzara julio, cuando empezaron a advertirse condiciones climáticas riesgosas, los fondos han permitido una tendencia a la suba en los valores pero, por su propia acción, con todo tipo de altibajos.
Mientras tanto, el comportamiento del dólar en nuestro país tiende a mejorar los valores de los granos. La mejora del tipo de cambio acumula alrededor de 60 centavos en solo una semana.
En el caso del maíz, el esquema negativo es puramente coyuntural por la gran oferta existente en nuestro país luego de la trillla.
El gráfico de la BCR muestra la tendencia a la suba de la soja, bajo el empuje del clima en EE.UU. y la tendencia a la suba del dólar, por depreciación de nuestra moneda.