Por ahora, y antes de las elecciones de octubre, seguirá siendo el
gradualismo -sostenido con deuda- a la hora de ajustar fiscalmente para no
afectar a los trabajadores. Y también es el gradualismo que ofrece
sustentabilidad política a corto plazo, pero que, en el largo, plantea dudas
sobre la baja del costo de capital y, especialmente, sobre las posibilidades
reales de una reforma impositiva que devuelva la inversión al país.
Según un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), coordinado
por Nadin Argañaraz, con un gasto real constante y un crecimiento real del PBI
del 4% anual, en 13 años la presión tributaria sólo podría reducirse 5 puntos
porcentuales del producto bruto interno.
En el informe se plantean escenarios fiscales nacionales posibles para el período 2018-2030 con algunos supuestos. Éstos son: un sendero decreciente para la inflación, un crecimiento del PBI anual de 2%, 4% o 6% (los tres escenarios), las metas fiscales oficiales, y un gasto primario que crece constante al ritmo de los precios. "El postulado de relevancia es que en los escenarios en que se logren cumplir las metas fiscales con el sobrante de reducción lograda del gasto se avanza en una reducción de la carga tributaria agregada sobre la economía", explicó el Iaraf, indicando que la caída progresiva del peso del gasto en el PBI es la que irá otorgando "espacio" fiscal para avanzar en la reforma.
La consultora estimó, en tanto, que la carga tributaria para 2017 está estimada en un 33% del PBI. "Si la tasa de crecimiento es baja (2%), el ratio gasto primario-PBI no se descomprime tanto y no hay espacio fiscal para una rebaja tributaria, sino hasta dentro de una década", advirtió.
No obstante, un crecimiento anual de la economía del 4% es compatible con una reducción de la carga tributaria a niveles similares a los observados durante 2007. La carga tributaria podría llegar al 25% del PBI en 2030 si la expansión hasta dicho año fuera del 6%. "En ese caso se lograría acercarse a la carga verificada en 2003", año del inicio del gobierno de Néstor Kirchner. "El regreso a una presión tributaria efectiva del 21%, similar a la del promedio del período 1993-2000, requeriría un crecimiento real anual del 10% durante los próximos 13 años. Algo totalmente imposible", estimó el documento del Iaraf.