Las ventas se activaron luego de la confirmación de lluvias en las zonas productivas que estaban más afectadas en las últimas semanas y pronósticos de mayores precipitaciones y humedad para los próximos días.
El contrato agosto 17 de la soja cerró a u$s 358,44 la tonelada, mientras que noviembre quedó en u$s 362,85 la tonelada.
La retracción había comenzado de manera leve el miércoles luego de que el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) ratificó sus previsiones de que la cosecha sojera y maicera serán muy holgadas, pese a los problemas climáticos que afectaron los cultivos y que habían llevado a la oleaginosa a máximos de los últimos 4 meses de operación.
Entre fines de junio y el lunes pasado, la soja había subido más de 30 dólares por tonelada, en un rally que se cortó con el informe del USDA. Ayer, el derrumbe le hizo recortar buena parte de esa ganancia.
La baja generalizada llegó también al maíz que retrocedió 4,05% y al trigo, que se desplomó 5,17%. El factor climático más benévolo fue determinante para la tendencia negativa.
El rebote en el mercado local no se hizo esperar. Si bien en maíz y trigo, las ofertas fueron dispares y terminaron prácticamente sin cambios, la soja fue perjudicada de manera fuerte. La oleaginosa disponible retrocedió hasta $ 3900 y la posición mayo;18 cayó 8 dólares por tonelada hasta u$s 250.
"Las subas que ahora se cortaron motorizaron tanto en EE.UU. Brasil y Argentina un alza importante en las ventas de los productores tanto de la actual cosecha como de la próxima", dijo a El Cronista el analista José Frogone.
En ese sentido, comentó que a nivel local "la exportación de soja sin procesar desde Argentina recuperó momentáneamente la competitividad y un margen contra el FAS, por lo que se logró un volumen importante hacia China". El gigante asiático, no obstante, disminuyó 20% sus importaciones totales de poroto sin procesar en junio, contra mayo último, hasta 7,7 millones de toneladas.