Además de compartir la región NEA, los productores de Corrientes, Chaco y
Formosa comparten un drama: están inundados. En el norte de Corrientes, unos
3000 pequeños productores ya hicieron sus presentaciones de emergencia
agropecuaria ante el gobierno provincial, y se estima que en poco tiempo más ese
número va a trepar a 4000, lo que representaría más de la mitad de los
productores de esa región. Vienen informando pérdidas del 12% en la hacienda, y
para las autoridades la mortandad de animales supera las 50.000 vacas. En zonas
donde llovieron 2200 milímetros en lo que va del año cayeron otros 120
milímetros la semana pasada, y de los once departamentos del norte correntino
ahora se están inundando campos contra el río Uruguay. Para los productores, la
mortandad de hacienda será como mínimo el doble de las cifras oficiales.
En Chaco, donde las lluvias habituales de todo un año son 1400 milímetros, ya
van por 1500, con 1000 de ellos en los últimos 90 días. El problema está sobre
el este chaqueño, con 10 departamentos en emergencia desde hace 60 días. De un
rodeo total de 2,6 millones de cabezas el 60% se encuentra en las zonas
comprometidas. No hay cifras de mortandad, pero algunos no descartan que puedan
llegar a ser tan importantes como en Corrientes.
En Formosa, en el sector ganadero hay 5 millones de hectáreas afectadas, donde tienen presencia 1,5 millones de cabezas. De 30.000 hectáreas sembradas hay pérdidas en 15.000, con producciones de algodón, maíz, mandioca, batata, arroz y cucurbitáceas. Además, de 4822 hectáreas de algodón sembradas se perdieron 2937, de 6600 de arroz fueron afectadas 1000 y de 9500 hectáreas de maíz se perdieron 8600. El costo económico no será inferior a $ 800 millones. Cuando la media anual es de 1000 milímetros, en los primeros cinco meses del año se superaron los 1500. En ganadería hay una región, desde la ruta nacional 95 hacia el Este, donde la situación es crítica.
El cuadro en Corrientes, Chaco y Formosa significará, con todos estos números, pérdidas netas por más de $ 2000 millones.
Los testimonios son duros. "A las zonas que ya estaban afectadas ahora se suman otras por la subida del río Uruguay. Ese río está desbordado, los ríos internos no pueden salir y desbordan sobre los campos", dijo Francisco Velar, productor de la zona de Caá Catí, en el departamento de General Paz. Jorge Vara, ministro de la Producción, precisó que hay productores desde hace dos meses con hacienda en la ruta buscando algo de pasto en las banquinas.
Los caminos rurales son ríos. De 3500 kilómetros de caminos, cuando baje el agua va a quedar destruido de un 30 a un 40%. Por ello, en una reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria a nivel nacional esta semana el gobierno provincial va a reclamar infraestructura. Más de una veintena de excavadoras de la provincia tratan de aliviar la situación en ciertas zonas. También hubo entrega de alimento subsidiado para el ganado.
"Nos vamos a terminar de dar cuenta [de la mortandad] cuando baje el agua. Vamos a tener pocas pariciones. Hoy no hay ningún camino rural para pasar con camiones", gráfico, por su parte, Enrique Santos, presidente de la Sociedad Rural de Chaco. Los productores chaqueños impulsan la idea de que se constituya en la provincia un fondo anticíclico y consideran que debería gestionarse un crédito internacional para "limpiar los ríos" para facilitar el paso del agua. Se estima que el 70% de los departamentos con problemas no los tendrían si se hubieran limpiado los cauces.
El panorama complejo se extiende a Formosa, donde media provincia está en emergencia. Aparte de la ganadería y la agricultura, hay otros rubros comprometidos, como el forestal.
Con la colaboración de Justo L. Urbieta, desde Formosa