En un auditorio de 350 asistentes de todo el país, la sexta edición del Congreso Nacional de Entes y Fundaciones de Lucha Sanitaria Animal dejó en claro la importancia del productor agropecuario en la lucha sanitaria y la necesidad de que cada vez haya más espacios institucionales compartidos entre privados y el Estado.
En esta sintonía se expresaron el presidente del Senasa, Jorge Dillon, el titular de CRA, Dardo Chiesa, directores de ganadería de algunas provincias y representantes pecuarios de Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, entre otros especialistas.
“El Senasa se basa en el análisis de riesgo y la vigilancia epidemiológica para brindar garantías a los países compradores de mercancías, de la misma manera que la Argentina también las exige. Es que somos proveedores de proteína animal al mundo”, dijo Dillon.
En los paneles del congreso se explicó que certificar la bioseguridad de los cortes bovinos es central para acceder a nuevos mercados.
En este sentido, en el congreso se coincidió en la necesidad de mejorar algunos aspectos de los planes sanitarios de aftosa, brucelosis, tuberculosis, garrapata y rabia pariseante.
“Cuando nosotros pensamos los planes de lucha sanitaria contra la fiebre aftosa debemos tener en cuenta que nacimos como un sistema que es mixto, con participación privada y estatal. Este sistema exitoso derrotó a la fiebre aftosa en dos ocasiones. Debemos plantearnos de qué manera, con las fundaciones, seguimos trabajando para que la enfermedad sea derrotada”, planteó Chiesa.
En el congreso, que fue organizado por CRA y Carbap en la ciudad de Junín a principios de este mes, se analizaron los desafíos sanitarios en varias provincias. “Queremos formalizar la salud pública y el consumo de carne”, indicó Alfredo Díaz, director de Ganadería de Córdoba, quien contó que su provincia cuenta con 5 millones de cabezas de bovinos y 56 planes de aftosa. Su par de Salta, Ignacio Chavarría, destacó el esfuerzo del estado provincial para profundizar el combate contra estas enfermedades en espacios como la Coprosa.
En Santiago del Estero se conformó un ente fitosanitario para el combate de la langosta y el picudo algodonero, que se generó desde el mismo sector privado -con CRA a la cabeza-, y que fue parte fundamental de la ponencia del dirigente Juan Pablo Karnatz, quien detalló, además, que la experiencia exitosa de control de estas plagas fue el que tomó Bolivia meses atrás cuando se desató un foco de langosta de importancia.
La regionalización de los controles sanitarios, la posibilidad de copiar los trabajos eficientes en los países vecinos y la búsqueda de un status sanitario regional fueron algunas de las ideas salientes del panel con especialistas de algunos de los países limítrofes.
La confiabilidad que cada país deja de cara al mundo al momento de exportar es la base del trabajo sanitario puertas adentro. Luis Barcos, representante de la Organización Mundial de Sanidad Animal(OIE) remarcó que entre los países se van sumando cada vez más normas y conceptos mundiales que tienden a unificarse a la hora de la comercialización en nuevos mercados. “Se están agregando cada vez más listas de productos libres de comercializar sin riesgos”, destacó.
El combate y erradicación de la fiebre aftosa, junto al debate de si es conveniente dejar de vacunar, fue uno de los ejes centrales. En el congreso se contó que en algunos estados brasileños ya dieron los primeros pasos para dejar de inmunizar contra la enfermedad al rodeo.
“En lo que hace a aftosa, Brasil cuenta con una zona libre sin vacunación en Santa Catarina, y otra área que es libre con vacunación que ocupa casi el 80% del país. Y hay tres Estados que no lograron estar libre de la fiebre de aftosa”, explicó Pitta Pinhero, representante de la República Federativa del Brasil. También contó que el objetivo es ampliar regiones del Amazona como zonas libres de aftosa con vacunación de cara al 2018.
En su radiografía general sobre Uruguay, Jorge Bonino Morlan, de la Asociación Rural de Uruguay (ARU), manifestó que su país al ser pequeño tiene algunas facilidades al momento de exportar productos agropecuarios, que es donde apunta su Nación como estrategia productiva y comercial. “Uruguay tiene todos los mercados abiertos de carne sin hueso salvo Japón, que está a punto de serlo. Nos interesa ahora abrir nuevos mercados para la carne ovina con hueso”, dijo el representante de la ARU.
En relación al combate de la fiebre aftosa en su país y la región dijo que el objetivo es erradicarla. “Creo que es necesario no seguir cuestionando la vacunación porque crea desconcierto, decae el compromiso de vacunar, disminuyen los controles y aumentan los riesgos, alejando la erradicación”, planteó.
En la Argentina, tanto privados como representantes del Estado, coincidieron en que es prematuro dejar de vacunar, que el futuro, sin fechas concretas, podría ir en el sentido, pero aún queda mucho trabajo por delante.
“Estamos todos de acuerdo en que no es el momento de dejar de vacunar contra la fiebre aftosa. Primero hay que armonizar los planes regionales para que en el futuro haya confiabilidad entre todos los países. Ese sería el paso siguiente, antes de pensar en dejar de vacunar”, indicó Chiesa.
Un caso interesante es el de Chile, que está libre de las 16 enfermedades más importantes a nivel mundial. “La situación sanitaria chilena ha estado en una mejora continua en los últimos 15 años, reaccionando e informando frente las más mínima sospecha de la aparición de alguna enfermedad exótica”, explicó Rafael Lecaros Van Der Goes, delegado de la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile (SNA).
Para la Argentina, la cuestión sanitaria es un desafío central con la mira en convertirse en el supermercado del mundo. “Es prioritario comprender que producimos alimentos y que deben ser fiables con bioseguridad. Y debemos ser confiables al momento de las exportaciones”, concluyó Chiesa.