Pese a la reciente devaluación en Brasil, en el marco del escándalo por supuesta corrupción que involucra al presidente Michel Temer, que había suscitado algunos temores sobre la colocación de productos argentinos en ese mercado, en el caso del trigo desde el vecino país dan cuenta de que no sólo continuarán comprando el cereal, sino que incluso prevén incrementar la demanda.
Así se lo expresaron al ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo
Sarquís, los ejecutivos de Abitrigo, la cámara de la industria molinera
brasileña del cereal. Sarquís viajó hasta San Pablo, junto a empresarios
locales, además del acompañamiento de un representante del Ministerio de
Agroindustria de la Nación, para conocer las necesidades de la molinería
brasileña. Y el balance de su visita deja una buena perspectiva para el producto
argentino.
En el último año calendario, Brasil compró en la Argentina 3,98 millones de
toneladas del cereal. El país cubrió el 58% de sus importaciones totales. Ahora,
la previsión es que el socio mayor del Mercosur se lleve cinco millones de
toneladas, lo que representaría un millón más. En el caso de la harina, la
proyección es que Brasil compre acá unas 600.000 toneladas, lo que representaría
casi duplicar sus compras sobre las 351.007 toneladas del año pasado.
Algunos datos muestran el mayor empuje de Brasil. Entre enero y marzo de 2017, el vecino país importó 1.663.957 toneladas de trigo, y de ese volumen la Argentina le proveyó 1.322.915, casi el 80%. Con ese nivel, el país recuperó su participación histórica en Brasil. En volumen, la Argentina incrementó en 497.000 toneladas, o un 60%, su colocación del cereal.
En tanto, por el lado de la harina en el primer trimestre del año se exportaron a ese mercado 91.139 toneladas, con lo cual la Argentina cubrió con ese volumen el 88% de la necesidad del producto en Brasil. Desde la Argentina el salto en las ventas fue del 43 por ciento.
"Brasil se comprometió a seguir comprando y a comprar ahora un poco más", señaló Sarquís en diálogo con LA NACION. En la provincia de Buenos Aires apuntan a cubrir al menos 50% de la mayor demanda que vaya a generar el mercado brasileño. Según los números de Agroindustria bonaerense, la cadena del trigo en la provincia genera unos 110.000 puestos de trabajo. Y su comercialización significa unos US$ 1000 millones para el circuito productivo.
Por condiciones productivas y, según los años, climáticas, los productores brasileños afrontan dificultades para tener una cosecha de trigo que les permita depender menos de la importación. Para esta campaña, en el vecino país tenían prevista una siembra de 2,05 millones de hectáreas en abril pasado y ahora esa proyección bajó a 1,95 millones de hectáreas. Por su parte, el Departamento de Economía Rural (Deral) de Paraná, un Estado clave en la producción del cultivo, calculó que allí se sembrarán 992.000 hectáreas de trigo, una merma del 10% respecto de la campaña pasada. Algunos creen que la siembra podría terminar recortándose hasta un 20% y la caída en volumen de la próxima cosecha triguera podría ser cercana al 6 por ciento.
Si bien la industria molinera de Brasil dejó en claro que comprará más y elogió que se haya mejorado la calidad del producto, también instó a la delegación argentina a estar atentos y a trabajar en conjunto, porque el próximo año entrarán en vigor en el vecino país normas que serán estrictas con respecto a la presencia de residuos fitosanitarios sobre los productos. La idea es evitar que esto represente una limitación para las compras.
5
millones de toneladas
compraría Brasil en la Argentina. En el primer trimestre del año la participación argentina en las compras totales brasileñas alcanzó el 80 por ciento.