SANTA FE.- SanCor Cooperativas Unidas Limitada se reestructurará para sobrevivir. Pero, según sus directivos, "no desaparecerá". Aunque el achicamiento, de fracasar, tendrá impacto social. Si se mantienen cerradas las cinco plantas productivas que dejaron de operar hace casi seis meses, habrá un millar de trabajadores en la calle .
Aun así, lo que parecía iba a generar un intenso debate, con consecuencias
imprevisibles, se transformó en algo sencillo y contundente. La asamblea de
asociados a la cooperativa SanCor, con sede central en Sunchales, 135 kilómetros
al oeste de esta capital, aprobó por unanimidad su reestructuración, que incluye
iniciar la reconversión y aceptar la injerencia que tendrá en sus decisiones y
manejos financieros el fideicomiso acordado con el Gobierno. También se aprobó
la incorporación de socios externos.
La reunión de un poco más de un centenar de asociados, según lo convalidado por
la Comisión de Poderes, terminó aprobando, en las primeras horas de la tarde de
ayer y por unanimidad, los lineamientos dispuestos en la orden del día para la
reestructuración de la empresa -el llamado Plan SanCor- y el fideicomiso
acordado a comienzos de este mes con el gobierno nacional. La Comisión de
Poderes resolvió excluir de la asamblea a los productores que dejaron de remitir
leche en los últimos meses.
La asamblea, de la que participaron síndicos, directivos y productores
asociados, decidió "delegar en el Consejo de Administración y/o apoderados de
SanCor para que negocien las condiciones, contrataciones, cláusulas
contractuales, términos y condiciones y demás documentación" para implementar
ese plan y el fideicomiso financiero de administración, y suscribir los
documentos necesarios que corresponda a ese efecto", según se precisó al término
de la asamblea, mediante un comunicado.
A partir de esta decisión, la conducción de la empresa comenzará el plan de reestructuración, mientras el fideicomiso aprobado inyectará $ 450 millones para sanear la economía de la cooperativa en crisis. Ese monto provendrá del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear), que alimenta el gobierno nacional.
De esta manera, la puesta en marcha del plan significa el paso previo para el ingreso de un socio a la empresa, con lo que comenzaría a definirse la situación que atraviesan varias plantas que están paralizadas y que vienen siendo apuntadas entre las que cerrarían. En esa condición se encuentran los establecimientos de Brinkmann y de Coronel Moldes, en Córdoba; Centeno y San Justo, en Santa Fe, y Charlone, en Buenos Aires.
Destino de las plantas
El comunicado oficial de la empresa no abunda sobre el destino de estas plantas. No obstante, se sabe que la planta de Centeno tiene un potencial comprador. Se trata de La Tarantela, distribuidora de productos lácteos de la provincia de Buenos Aires, que ratificó su voluntad de adquirente. Si se adopta esta decisión, el traspaso demandará un mínimo de seis meses, teniendo en cuenta el proceso legal y técnico que se necesita. Sobre la chance de convertirla en cooperativa de trabajadores, dependerá de lo que articulen o agilicen desde los Estados provincial y nacional.
En Coronel Moldes, Córdoba, se rumorea que una cooperativa de trabajadores quiere comprar las instalaciones. En Brinkmann, su intendente reconoció que la planta podría cerrarse, pero que existe un proyecto para que las instalaciones sean destinadas a otro proyecto industrial.
Durante la asamblea se insistió en sostener que para que la continuidad de la empresa sea viable, no sólo se necesita el respaldo económico del Gobierno, sino salir a buscar un millón y medio de litros de leche diarios (actualmente procesa apenas 800.000 litros), por lo que la firma piensa acortar los pagos a los tamberos para lograrlo. Pero todavía falta cancelar deuda con tamberos, distribuidores y proveedores, entre otros. En muchos casos, hace ocho meses que no cobran.