La actividad del engorde a corral está en plena recuperación y atraviesa un buen momento en referencia a lo que venía sucediendo en los últimos años y que se acrecentó a principio del 2016 cuando impactó fuerte la suba del precio del maíz, principal ingrediente de la dieta de los animales, ante la quita de las retenciones. Pero a lo largo del año pasado se pudo suplir por la mejora en el precio del gordo y el negocio se acomodó.
Así lo explicaron desde la Cámara Argentina del Feedlot (CAF) esta semana durante el festejo de los 20 años de su creación. “Hoy la cuenta es rentable. De todas maneras, vamos a vender dentro de 4 meses, una vez que engordemos a los animales, que todavía no sabemos a qué valor se comercializarán”, destacó Fernando Storni, gerente general de la cámara feedlotera a Clarín Rural.
En este sentido, los precios actuales del ternero de invernada promedian alrededor de 36 a 38 pesos el kilo y del gordo son de 35 pesos . Por lo que durante los dos primeros meses del año la importante ocupación de los corrales que dejó el 2016 comenzó a descender hasta llegar a principios de abril al 61% para ya en el presente mes crecer hasta el 66% de ocupación ante el inicio de la zafra de terneros.
Y la participación de los feedlots en la faena nacional es el 37%, según los datos del Senasa, un valor que se mantiene en los últimos tres años.
Ante esta radiografÍa favorable, el objetivo es seguir ajustando la producción de carne en busca de mayor calidad y sustentabilidad.
Una de las patas fundamentales que le dio competitividad a la actividad fue el ingreso de Argentina a la cuota 481.”Lo importante es que el sector comenzó a hablar sobre calidad de carne ya que el protocolo de la cuota incorpora el concepto de marmoleo”, apuntó Storni.
Esta cuota es un cupo de 48 mil toneladas de carne fresca, refrigerada o congelada y que provenga de animales con determinadas características que asigna Europa y a la cual pueden acceder como proveedores aquellos países que se encuentren aprobados por la Comisión Europea. Hasta el momento integran esta plantilla junto a la Argentina, que fue habilitada en 2014, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay.
Lo importante es que el contingente no es asignado a cada país sino que todos los mercados habilitados compiten en calidad y precio y los importadores de Europa deciden a quién le compran. Y los cortes que ingresen tienen 0% de aranceles de importación.
En mayo del 2015 la Argentina hizo el primer embarque. A partir de ahí, comenzó a crecer la participación. En el primer trimestre de este año subió más del 60% la cantidad de animales remitidos en relación al mismo período de 2016. Uruguay y Australia son los dos países con mayor porcentaje de la cuota, con 35% cada uno. Argentina posee el 5% y este año espera llegar al 7%.
Un punto importante es que el rechazo de la carne nacional fue del 9%, cuando al principio alcanzaba el 15%.
Por otro lado, un tema que está en el tapete de la sociedad es la sostenibilidad de los sistemas de los engordes a corral. Sin embargo, el sector no le escapa al problema.
Solange Preuss, encargada del departamento de calidad y medio ambiente de la CAF , hizo referencia a la necesidad de utilizar las buenas prácticas principalmente en dos puntos centrales con el objetivo de disminuir el impacto ambiental y mejorar la productividad, como es el olor y la limpieza de los corrales.
“Se puede disminuir el olor con las cortinas forestales para que no vaya a los pueblos. Pero es el único impacto ambiental negativo que no se puede eliminar”, describió.
En esta línea, para las mismas se debe tener en cuenta que no impida el secado de los corrales ya que esto perjudicaría aun más.
Y el otro punto primordial es la limpieza de los corrales. “No se debe hacer cuando hay lluvias porque se puede romper la permeabilización del suelo y si esto ocurre, puede contaminar las napas, que sería peor”, explicó.
Para atenuar estas problemáticas, la cámara está trabajando junto con los gobiernos provinciales (cuando son recursos naturales les corresponde a cada provincia). Y destacó la ley que acaba de sancionar hace 15 días la provincia de Córdoba para la reutilización de los residuos pecuarios como fertilizantes. “Se puede ser sustentable en la actividad. Hay que trabajar en las buenas prácticas”.
Para ejemplificar estas dos cuestiones, como son producir con calidad y de forma sustentable, un feedlotero cuenta cómo está trabajando. Es Pablo Latuf quien tiene un engorde a corral para 10.000 cabezas en el partido de Lezama, Buenos Aires, y es uno de los establecimientos habilitado para exportar en la Cuota 481. Su sistema de producción se basa en comprar gran parte de invernada en la zona. Los animales que comercializa al mercado interno ingresan con 200 kilos y los comercializan a 300 kilos. Y la hacienda que exporta los compra con 280 kilos a 300 kilos y los termina con 450 kilos.
Según el productor, la dieta obligatoria de la Cuota 481 tiene exigencias mínimas de energía que genera un buen engrasamiento y terneza al finalizar el producto. Pero no hay gran diferencia con el mercado interno. “Los clientes de Europa ven una mejora en relación a la carne de los demás países. Le encontramos la vuelta al tema de la calidad con respecto a la grasa sin perder marbling haciendo un dressing muy bueno en la despostada para que llegue la carne bien desgrasada y con un buen packaging que han tenido gran aceptación”, dijo.
Latuf hizo referencia a que lo que se exporta a Europa es un 33% de la media res,por lo que queda mucho en el consumo interno. “No es sencillo compensar y a veces quedás por debajo del precio que tiene a nivel local. Pero la idea no es descuidar al cliente externo porque pide, sobre todo, continuidad”, explicó.
Con respecto a los cuidados ambientales, Latuf indicó que para la empresa es de vital importancia y se van adecuando a las normas que exigen los organismos ambientales.
En primer lugar, implementaron el cinturón de árboles que rodea al feedlot para que el olor no se disperse. Y la bosta la depositan en lugares habilitados donde los efluentes van de forma directa sin pasar por lugares que puedan contaminar.