Días antes del inicio formal de la siembra de trigo 2017/2018 en la
Argentina, que según la proyección de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires
crecería un 7,8% respecto de la campaña anterior, al pasar de 5,1 a 5,5 millones
de hectáreas, las primeras estimaciones en cuanto a la oferta global abren una
oportunidad de negocios para la mercadería doméstica, dado que varios de los
principales proveedores verían menguadas sus cosechas.
En efecto, el miércoles, en su informe mensual de oferta y demanda de granos,
el USDA proyectó la producción 2017/2018 de trigo de Australia en 25 millones de
toneladas y su saldo exportable en 19 millones, por debajo de los 35 y de los 24
millones del ciclo 2016/2017, respectivamente. El organismo también redujo su
previsión sobre la cosecha de Canadá, de 31,70 a 28,35 millones, peros sus
ventas externas fueron elevadas de 20 a 22 millones, por las abundantes reservas
dejadas por la campaña precedente.
Emilce Tarré, especialista del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, destacó que Australia y Canadá son los países que más proveen al segmento de trigo de calidad para molinería y añadió que la región del Mar Negro (Rusia, Ucrania y Kazakhstán), que ofrece trigo de menor calidad dejaría de producir 9,3 mill./t. "Todo esto podría dar un impulso adicional a las colocaciones del trigo argentino duro en el mundo en el nuevo año comercial, por lo que resulta una muy buena noticia a la luz del incremento en el área sembrada previsto para la campaña 2017/2018".
Según la primera proyección del USDA para el nuevo ciclo, la cosecha
argentina de trigo y sus exportaciones serán de 17 y de 11 millones de
toneladas, contra los 16 y los 10,2 millones precedentes.
En el nivel mundial, el organismo proyectó la producción de trigo en 737,83 millones, por debajo de los 753,09 del ciclo anterior.