En medio del drama por la inundación, que amenaza avanzar sobre las
poblaciones urbanas y ya generó pérdidas irreversibles en el campo, más de 3000
personas se concentraron ayer en el cruce de las rutas nacionales 33 y 188, en
General Villegas, para reclamar por obras que permitan el escurrimiento del agua
en el lugar.
La movilización, que por la importante concurrencia derivó en un corte
momentáneo de rutas, fue la reacción de la ciudadanía ante la crisis hídrica en
la región. En esa zona bonaerense hay lugares en los que desde el 1° de enero de
2016 llevan caídos casi 2500 milímetros. En casi un año y medio se acumuló más
del doble de lo normal para ese tiempo. Además, a la región está ingresando agua
de Córdoba, lo que agrava la situación. Se estima que de 726.000 hectáreas del
partido, más de la mitad está inundado. Por las dificultades para sacar la
producción, entre otros lugares, en Bunge y Charlone en los últimos dos meses
cerraron unos 30 tambos que producían unos 100.000 litros diarios.
La semana pasada, desde la Sociedad Rural de General Villegas habían
convocado a otras entidades a trabajar en conjunto frente a esta problemática.
La movida generó más adhesiones y desde diferentes sectores se impulsó la marcha
de ayer, que hasta el intendente local, Eduardo Campana (Cambiemos), respaldó y
fue uno de sus oradores. Planteó, en línea con el pedido de la ciudadanía, que
General Villegas debe tener un escurrimiento mayor de las aguas del partido. Hay
zonas donde el agua pasa por arriba de las rutas y se han formado diques que
contienen su avance. Por eso se necesitan más alcantarillados.
Si bien la concentración fue luego del mediodía, mucha gente se quedó hasta
última hora de la tarde a la espera del resultado de una reunión entre el
intendente Campana y Rodrigo Silvosa, subsecretario de Infraestructura
Hidráulica de la provincia de Buenos Aires, que fue hasta General Villegas e
inclusive habló en la ruta, donde algunas personas lo silbaron. En el lugar
había gente con palas que gritaban "corte ya", en alusión a las obras
necesarias.
"Vamos a ampliar el escurrimiento. El consenso es ampliar los alcantarillados donde ya hay", dijo Silvosa en diálogo con LA NACION. "Se van a poner algunos tubos más", agregó. El funcionario remarcó que "el objetivo es sostener la ciudad", reconoció que "la situación es delicada" y, en este marco, señaló que "el margen de acción es muy fino", no sólo por la gran cantidad de lluvias [la situación se complicó más con los 300 milímetros caídos en un fin de semana hace menos de un mes], sino porque no están hechas las obras que deberían haberse realizado en gestiones anteriores para afrontar el problema.
Según afirmaron en el entorno del intendente Campana, se van a poner dos tubos en la ruta 188, otros dos en la 226 y un tubo más en la ruta 33. Las obras iban a comenzar anoche mismo. Además, expresaron que la situación se va a ir evaluando en las próximas horas.
"Hay mucha agua y los daños son irreversibles. El reclamo es que el agua que entra [al partido], salga. Queremos alcantarillas donde el agua pasa por arriba de la ruta y no que se frene", dijo Carlos González, productor de la zona. González cerró un tambo que producía 3900 litros diarios.
Según destacó Daniel Colombo, integrante de la Sociedad Rural de General Villegas, los cálculos realizados muestran que en la campaña 2016/2017 las pérdidas ascenderán, por pérdida de superficie y de producción, a más de $ 5000 millones. Ya preocupa también el futuro de la próxima campaña. "Si llegamos a la primavera y el agua no baja, vamos a perder otro año más", se lamentó. "Lo que está pasando es una muerte lenta", concluyó.
Preocupación
Vale recordar que recientemente los municipios de Carlos Tejedor, Rivadavia y Trenque Lauquen, gobernados también por Cambiemos, fueron a la Justicia contra la apertura de una ruta que había realizado Hidráulica, temerosos por las consecuencias de la llegada del agua a sus partidos.
Silvosa habló con los jefes comunales de esos lugares sobre "las intervenciones" que habría que llevar adelante en General Villegas. Ante una consulta, consideró la presentación que habían realizado los intendentes como "parte de una manifestación de una crisis tremenda [por la inundación] y del abandono de las administraciones anteriores en la región".
La situación genera controversias en otros partidos porque nadie quiere recibir más agua. "No creemos que sea la solución inundar para abajo. La postura es que no se pase el problema aguas abajo desordenadamente", opinó Matías Cardini, productor e integrante de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen, uno de los partidos que podrían verse afectados al escurrir las aguas.