RIBEIRÃO PRETO.-Luis Dadomo, dueño de la fábrica cordobesa de pulverizadoras Metalfor, vino a producir sus equipos a Brasil hace 16 años. Con el fragor de la crisis de 2000/2001 en la Argentina, vio acá una oportunidad para sostener con otro mercado su negocio. Y no se equivocó. En ese momento, gracias a Brasil pudo mantenerse a flote en la Argentina, pagar los sueldos de 550 empleados y proyectarse a estas tierras. Dadomo posee una fábrica de pulverizadoras, entre otros equipos, en Ponta Grossa, en el estado brasileño de Paraná, con una superficie total de 30.000 metros cuadrados, 60 empleados y 45 distribuidores. Vendió 80 máquinas en 2016 y ahora espera llegar a los 100 equipos en 2017.
La súper cosecha de granos de Brasil, que podría alcanzar según previsiones
oficiales entre 217 y 230,3 millones de toneladas, dinamizó el agro en general y
eso se ve en el mercado de maquinaria agrícola en general. Hay rubros como
tractores y cosechadoras que subieron 50 y 30%, respectivamente, en las ventas
en el primer trimestre de 2017, mientras que se espera que el año cierre con un
20% de mejora.
Pese a los bajos precios, el agro brasileño está fuerte y las operaciones son
traccionadas por generosos créditos. Nueve de cada diez máquinas se venden con
créditos. El oficial Bndes presta a 8,5 y 10,5% para pequeños productores y
grandes empresas, respectivamente. Ese banco repartió el año pasado más de 5500
millones de dólares entre diversos programas agrícolas. Semejante clima es un
imán para las empresas argentinas que operan acá y hasta mañana expondrán sus
productos en Agrishow, la mayor feria agropecuaria del país, por donde se hacen
negocios por más de US$ 600 millones y participan 800 expositores, entre ellas
multinacionales como CNH.
Dadomo afirma que una de las claves para ganarse un lugar en Brasil fue
precisamente radicarse y producir aquí, aceptando que el 60% de la mano de obra
y de la provisión de insumos sean de origen local. "Para que te crean tenés que
estar acá y producir; ellos supervisan eso", contó. En la exposición, Dadomo
escuchó a tres firmas brasileñas que se acercaron a su stand interesadas en
conversar sobre la posibilidad de alguna integración con su compañía.
PLA, otro fabricante argentino de pulverizadoras, también quiere aprovechar el buen momento de la agricultura brasileña. Posee una fábrica en Canoas. Comercializó 98 máquinas en 2016 y proyecta cerrar 2017 con 120 equipos. Flávio Machado, su gerente de repuestos y desarrollo de concesionarios en el país, dice que contra el 6% de participación en el mercado de este rubro el año pasado, en el actual la firma quiere escalar dos puntos más.
"La agricultura de Brasil está creciendo (cuando el PBI total bajó 3,8% en 2015 el mercado agro se expandió 1,8%) y los productos argentinos son muy buenos", dice Machado. Agrega que una de las claves para la empresa fue entender que los productos debían hacerse aquí y para los campos de la realidad brasileña. El otro aspecto fue crear una buena red de distribuidores, hoy de 65 integrantes.
Doble TT, una firma oriunda de Morteros, Córdoba, fabrica en Lençóis Paulista, en el Estado de San Pablo, plantadoras de caña de azúcar. En la Argentina se siembran unas 365.000 hectáreas de caña. En Brasil son 9 millones de hectáreas. La magnitud del mercado brasileño abre un potencial enorme para la empresa. Desde el año pasado lleva colocadas en Brasil ocho máquinas y tiene 10 en producción en la fábrica de Lençóis Paulista. En la feria, el argentino Guillermo Abratte, director general, recibió tres clientes con quienes tendría un potencial para colocar 220 máquinas, el doble de todo lo que vendió en la Argentina entre 2010 y 2016. Además, pasó por el stand una firma brasileña que siembra un millón de hectáreas de caña de azúcar y quiere probar sus máquinas.
Entre las empresas argentinas que avanzaron hacia Brasil también está Ipesa, con sus silobolsas para almacenar granos. Comenzó a explorar el mercado en 2003. Hoy, de 15 millones de toneladas de granos que en Brasil se almacenan con este sistema, Ipesa aporta el 60/65% de las bolsas. Hay potencial para crecer más porque Brasil tiene un déficit de almacenaje de su producción del 35 al 40%, contó el argentino Héctor Malinarich, director comercial. Falta que cambie la cultura del productor brasileño, que cosecha y vende gran parte para pagar sus deudas y no está acostumbrado a este producto como una herramienta para manejar la comercialización.
Mientras los argentinos buscan crecer en Brasil, desde empresas multinacionales valoran el momento actual para la Argentina y su producción. "La Argentina se está estabilizando y eso es importante para invertir más en Córdoba (donde está su planta de tractores y cosechadoras) y en agropartes", dijo a LA NACION Andreas Klauser, presidente global de Case IH y miembro del directorio de CNH Industrial, que tiene las marcas para agricultura CASE y New Holland.
Crhistian Lancestremere, director comercial de CASE, aportó un dato sobre cómo viene 2017 para el mercado de tractores y cosechadoras en la Argentina. Según dijo, el cuatrimestre enero-abril tuvo subas en esos rubros de entre el 60 y el 70% con respecto a igual cuatrimestre de 2016. En Agrishow, la firma mostró su última novedad mundial: un tractor sin cabina que se puede operar de manera remota con una tablet. En poco tiempo se exhibirá en la Argentina.