Macri perdió una gran oportunidad de poner rápidamente la economía por comprar la onda zen que le vendieron. Ese verso marketinero que compró no le permitió describir de entrada la terrorífica herencia recibida del kirchnerismo y también por comprar el gradualismo. Le vendieron que el gigantesco incendio económico que le dejaba CF podía apagarse con globos amarillos y un bombero loco.
Es mucho más fácil, aún en minoría parlamentaria, encarar reformas estructurales cuando la gente entra en pánico que si se le dice que todo está bien. En 1989 la gente estaba dispuesta a aceptar cualquier costo económico y social con tal de terminar con la hiperinflación. Esas situaciones límites pueden ser transformadas en una oportunidad para cambiar de 180 grados. Una oportunidad para salir adelante. Lamentablemente Macri la desperdició intentando hacer política siguiendo los dictados de encuestas como si estuviera vendiendo un detergente. Se observa que en las filas de Macri falta gente con trayectoria académica y experiencia que oriente al presidente. El presidente prefirió sustituir el conocimiento de un consejo asesor por las encuestas con que se vende un nuevo yogur. Entre sus colaboradores de primera línea se observa gente que nunca ha debatido en profundidad los problemas económicos institucionales y que, en el mejor de los casos, se ha limitado a comentar la coyuntura político económico. El famoso: che, ¿cómo lo ves? No hay una visión de largo plazo, solo el muy corto plazo. No hay visión sobre los que se debe reconstruir la Argentina, hay “gestión” de un sistema ineficiente.
Lo voy a decir de otra manera. Tal fue el pánico que le quedó a la gente luego de los nefastos 12 años de kirchnerismo, que el mismo gobierno quedó paralizado y se limitó a hacer peronismo para que no vuelva el peronismo, con lo cual se metió en un fenomenal problema.
En rigor, por ahora, Cambiemos no es más que otra versión de gobiernos no peronistas anteriores. Nadie se animó a desarmar el aparato clientelar del peronismo, la cultura de la dádiva y demás valores perversos, y se limitaron a hacer peronismo para que no volviera el peronismo, con lo cual el peronismo siempre está presente. Bajo otras formas, pero presente en las políticas públicas. Esté el PJ en el gobierno o no lo esté.
Muchos hablan de gradualismo, tiempo al tiempo y cosas por el estilo para justificar la falta de medidas más contundentes. Son solo escusas por miedo al kirchnerismo. Sin embargo creo que los disparates dichos el 24 de marzo donde Bonafini, con la cloaca que tiene por boca reivindicó al terrorismo de los 70, ese discurso agresivo y antidemocrático, los piquetes que hartan a la gente decente que trabaja para mantener, justamente a esos piqueteros que viven del trabajo de los que perjudican con sus piquetes, la irracionalidad de la huelga del 6 de abril y el comportamiento disparatado de los docentes terminaron transformándose en una marcha multitudinaria el 1 de abril donde el mensaje que creo envió la gente fue: la estamos pasando mal económicamente, pero bancamos al gobierno. No queremos otro golpe como 2001 contra De la Rúa.
Ese renovado apoyo que recibió el gobierno de una parte importante de la población podría ser un nuevo punto de partida relanzar la política económica. En primer lugar, reordenar ese lío gigantesco que tiene con tantos ministerios que hacen inoperante cualquier política económica sana.
En segundo lugar, hacer un mea culpa de lo no dicho hasta ahora sobre la terrible herencia k recibida con descarnada descripción. Que se sepa cuántas personas viven de subsidios, empleo público, el retraso tarifario, el verdadero déficit fiscal, carga tributaria real, estado de la infraestructura del país, etc. Pero eso no puede ser puesto en un PDF para que la gente lo lea. Macri tiene que usar la cadena y dar un detallado informe, en forma clara y descarnada, de lo recibido por el kirchnerismo. No puede liquidar el tema en 15 minutos. Tiene que tomarse 1 hora explicando lo recibido y dejar unos minutos para marcar un nuevo rumbo económico. Empezar a decir claramente que no se puede vivir de la cultura de la dádiva y proponer algunas soluciones que ya fueron redactadas. Ponerle un límite de tiempo y condiciones a los llamados planes sociales. Formular una propuesta de rebaja de impuestos lo suficientemente atractiva para atraer inversiones. Si hace falta, es preferible endeudarse para reformar el estado y el sistema tributario y no para seguir cubriendo el agujero negro que es el sector público. No hay financiamiento externo eterno de nuestro desequilibrio fiscal, de manera que mejor anticiparse y no repetir un default como tantas veces ocurrió.
No se pide que el gobierno solucione 80 años de decadencia en 4 años. Lo que se pide es que se tenga conciencia que la herencia recibida del kirchnerismo requiere de un ritmo más acelerado de medidas. Ese incendio no se apaga con un bombero loco o un sifón. Hace falta mucha más agua.
En definitiva, el primer paso consiste en dejar de hacer peronismo para que no vuelva el peronismo. No es ese el camino y mucho menos, cambiar. Esperemos que el 1A Macri lo utilice para relanzar su gobierno y hacer todo lo que no hizo el 10 de diciembre de 2015.
Fuente: Economía para Todos