CÓRDOBA.- Anoche los empleados de SanCor de la planta de Coronel Moldes se movilizaron, acompañados por vecinos de la localidad, para pedir que la empresa no cierre. Ésta es la última semana del mes de vacaciones que la empresa láctea les impuso después de 15 días sin trabajar. "Nadie vino, no sabemos cómo sigue", dijo a LA NACION Daniel Brarda, delegado gremial.
Todo el pueblo, ubicado 300 kilómetros al sur de la capital provincial, está inquieto por el futuro de la planta, un símbolo de Coronel Moldes. Son 56 los empleados que, hasta ayer, habían cobrado alrededor del 40% del sueldo de febrero y esperaban que se les cancelaran entre 8000 y 10.000 pesos adeudados de enero.
"No apareció nunca nadie de Recursos Humanos. Nadie nos da información y no nos podemos quedar de brazos cruzados. Venimos teniendo reuniones con el intendente, queremos saber qué va a pasar", agregó el delegado de los trabajadores.
El intendente, Jorge Constanzo, explicó a LA NACION que hizo contactos con legisladores y con el Ministerio de Producción nacional. "Pero no se puede hacer nada hasta que SanCor defina la situación", dijo. Hay dos pymes lácteas de la zona interesadas en alquilar las instalaciones.
La semana pasada, ante los tamberos, la conducción de la empresa ratificó que instrumentará un plan de reestructuración, que incluye el despido de 1000 empleados (cuenta con 4000), para su posterior venta.
Pasado mañana, convocados por el ex gobernador y presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Antonio Bonfatti, se reunirán legisladores de esa provincia y de Córdoba para analizar posibles salidas a la crisis.
Brarda insiste en que hay interés de parte de distintos sectores de buscar un plan B. "En todos los pueblos quieren mantener las plantas abiertas; los tamberos, los productores y los operarios confiamos en la gente de SanCor, pero necesitamos información", indicó. Señaló que Coronel Moldes -donde se fabrican quesos duros- puede encarar otro tipo de producciones, ya que "tiene tecnología y autorizaciones del Senasa para exportar". Hoy los depósitos de la firma están completos por el stock acumulado.
"Esta movilización también es para explicarle al resto del pueblo que si no pagamos es porque a nosotros no nos acreditan nuestros sueldos. Queremos salvar el trabajo y la producción", afirmó Brarda.
Las instalaciones de la empresa en Brinkman también están sin actividad, con sus 120 operarios de vacaciones. Allí se recibe leche y es un depósito de productos para la distribución. También están totalmente paradas las plantas de Centeno (Santa Fe, 70 empleados) y Charlone (Buenos Aires, 51 empleados). En cuanto a esta última, en el partido bonaerense de General Villegas, el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación, Gilberto Alegre (Frente Renovador), patrocinó un recurso de amparo de los trabajadores para que no se cierre esa planta.