En medio del escándalo de la carne adulterada en Brasil, la Secretaría
Nacional del Consumidor (Senacon) ordenó a tres de los frigoríficos
involucrados en el caso que retiren del mercado sus productos ante la
sospecha de que representen riesgos para la salud pública.
Se trata de las firmas Souza Ramos, Transmeat y Peccin, que formaban
parte de los 21 frigoríficos bajo investigación de la Policía Federal
en el operativo Carne Débil, que el viernes 17 desbarató una banda de
empresarios de carne vacuna y de pollo que pagaba sobornos a
inspectores para que permitieran irregularidades en su producción.
La acción llevó al arresto de una treintena de personas y al cierre de
tres plantas pertenecientes a Peccin, sospechada de haber utilizado
carne podrida en salchichas y chorizos, y el uso de aditivos por encima
de lo permitido. Souza Ramos está acusada de haber usado carne de pollo
en vez de pavo, y de pagar para evitar procesos fiscalizadores.
Transmeat está denunciada también por corrupción y por inyectar agua y
aditivos por encima de los valores permitidos. "Todos los productos con
origen en esos establecimientos deberán ser recogidos, con el debido
reembolso al consumidor", señaló la Senacom.
Tres empresas deben devolver el dinero y sacar sus productos
Tres empresas deben devolver el dinero y sacar sus productos. Foto:
Archivo
La decisión de la agencia llega luego de una semana en la que el
gobierno de Michel Temer desplegó una intensa campaña para evitar que
el escándalo repercuta en la economía de Brasil, principal exportador
de carnes del mundo. Sin embargo, desde que estalló el caso, China,
Hong Kong, Japón, la Unión Europea, Suiza, Egipto, Sudáfrica, México,
Chile, Jamaica, y Trinidad y Tobago detuvieron sus importaciones de
productos cárnicos brasileños, mientras que los Estados Unidos, Corea
del Sur y Arabia Saudita aumentaron sus controles de calidad.
Según el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, el perjuicio económico
este año deberá ser de unos US$ 1500 millones por estos embargos; desde
la semana pasada hasta ahora, el volumen de exportaciones promedio cayó
de US$ 63 millones por día a apenas US$ 74.000.
Ayer mismo, el presidente Temer volvió a cargar contra los
investigadores de la Policía Federal, a quienes muchos criticaron por
la exageración de sus datos, y aseguró que las tensiones con los
compradores internacionales comenzaron a ser reducidas. "La carne
brasileña no es débil, la carne brasileña es la mejor del mundo.
Nuestro mercado son 150 países", resaltó sin tener en cuenta las
naciones que ya no dejan ingresar productos cárnicos brasileños.
Industriales y especialistas del negocio de la carne en la Argentina
coincidieron en que no es una buena noticia para el país el cierre de
mercados para Brasil por la investigación sobre la carne adulterada.
"Por la experiencia de otras crisis sanitarias, ningún competidor
podría decir que se vaya a beneficiar", dijo días atrás a LA NACION
Miguel Gorelik, director del sitio valorcarne.com y con una amplia
experiencia en la actividad frigorífica. Según el especialista, "más
tarde o más temprano, esto termina salpicando a todo el mundo, con
diferentes grados". Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la
Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra),
consideró que "estas cosas no son buenas noticias porque se
desprestigia la seguridad alimentaria".