La crisis láctea dejó en 2016 unos datos alarmantes. La producción primaria de leche alcanzó 9711 millones de litros, lo que significó una caída de 14,17% en comparación con 2015.
Esta caída fue la mayor baja desde 1970 (semejante al retroceso experimentado en 2002 cuando en plena crisis económica e institucional la retracción había sido del 10%) y evidencia la complicada situación que vienen atravesando los tambos y la industria lechera en el país en los últimos años.
En términos de litros, fueron 9,7 millones los producidos, la peor marca desde 2007, cuando se produjeron 9,5 millones. Los datos fueron provistos por un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), en base a la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria.
Si bien las causas principales que menciona el informe citan a la merma de
consumo en el mercado interno, por la pérdida de poder adquisitivo de los
consumidores producto de la inflación, y la retracción en la demanda externa, en
gran parte también influyeron las fuertes inundaciones que sufrió la principal
cuenca lechera del país (Santa Fe-Córdoba), en la primera parte del año (que se
replicaron a comienzos de este año), además de la baja de rentabilidad que los
tamberos y la industria vienen sufriendo desde hace varios años.
Quizás, el caso SanCor sea el más emblemático, pero para muchos pequeños
productores la situación se volvió insostenible. Según el Observatorio de la
Cadena Láctea (OCLA), en 2016 se cerraron 460 tambos, duplicando la tasa
promedio de cierre de los últimos años. "Incidieron sobre el sector los aumentos
en el valor de los combustibles, lo cual encareció la logística, además de la
decisión de la actual administración de eliminar buena parte de las retenciones
agrarias sin ofrecer compensaciones a los productores lácteos", critica el
informe de la Undav, que además agrega que como subproducto de la devaluación de
diciembre de 2015 y de la subsiguiente eliminación de los derechos de
exportación de la mayoría de los cereales agrícolas, "se produjo un desacople
entre los precios de venta de la producción primaria hacia el entramado
industrial y los costos productivos del tambo".
El relevamiento sostiene que el consumo anual de leche por habitante, medido en litros, cayó desde un promedio mensual de 44 litros consumidos durante 2015 a 40 litros en 2016, el menor consumo per cápita desde la salida de la crisis de 2001.
La mayor parte de la caída es explicada por la situación de la leche pasteurizada consumiéndose casi 6 litros menos de este producto en 2016 (-20%). Por su parte el consumo de leche esterilizada creció 15% y la de leche chocolatada disminuyó 10%. En el agregado, el consumo de leche fluida cayó 9,3% de un año a otro. Dentro de la menor demanda interna, la leche en polvo fue la que registró la caída más fuerte, con 43,8% interanual; seguida por la manteca, con 13,1%; el yogur, con 9,8%; y la leche líquida, con 9,3%.
En cuanto a la balanza comercial del sector, el análisis remarcó que las exportaciones lácteas totales pasaron de 428 millones a 378 millones de litros, con un baja de 13,23%; mientras que en divisas cayó 50,72%, de u$s 1352 millones en 2015 a u$s 897 millones en 2016. Como ejemplo, se menciona que este escenario derivó en que las siete principales exportadoras de lácteos del país presentaran una caída en el monto de exportaciones en 2016 lo cual, a su vez, explica mermas de hasta el 71%.
Por su parte, las importaciones del sector también estuvieron en alza, ya que alcanzaron los 5,3 millones de kilos, 55,9% mayores a las del año anterior, y en volumen totalizaron los u$s 16,9 millones, lo que significó un crecimiento de 43,22%.