El Instituto Nacional de Semillas (Inase), un organismo descentralizado del Ministerio de Agroindustria de la Nación, dio a conocer un informe que, entre otros puntos, hecha luz sobre el nivel de informalidad en el mercado de la soja, la concentración en materia de producción del cultivo por estrato de productores, el origen de la semilla que utilizaron y hasta los nombres de 2528 grandes productores que no cumplieron con las presentaciones ante el organismo.
Según el Inase, en el ciclo 2015/2016, de 20.479.094 hectáreas con soja en el
Registro de Usuarios de Semillas (RUS) se declaró la siembra de 6.671.114
hectáreas con el cultivo. Se trata de un número bajo, ya que representa el 32,6%
de la superficie sembrada del total del país. Dicho de otro modo, no se
registraron casi 14 millones de hectáreas.
El RUS recibió información de 9176 productores. En esa campaña, 2,9 millones de hectáreas, el 43,52% de la superficie total sembrada declarada, fue realizada "por solo el 6,66% de los productores (611 empresas)". Otros cinco estratos restantes hicieron el 56,48% de la superficie. En tanto, los productores de menos de 150 hectáreas sembraron el 2,95% de la superficie declarada, 196.496 hectáreas. Si bien en números éstos son más, ya que al ser 2439 representaron el 26,58% de los productores que cumplieron el requerimiento oficial.
Para Jorge Solmi, coordinador de la Comisión de Semillas de la Federación
Agraria Argentina (FAA), en el informe se refleja con estos números la
"concentración" en la producción. "Hace tiempo venimos reclamando por la
concentración y con esto queda en evidencia esto y, además, que los que más
cumplen con las disposiciones son los pequeños productores antes que los más
grandes", expresó. Según Solmi, que sólo una tercera parte de la producción le
haya contestado al Inase muestra, en su opinión, una "falta de credibilidad"
hacia el organismo. Esto porque los productores ya reciben requerimientos de
cámaras privadas y empresas y, para Solmi, ante esto, el Inase "nunca tomó
partido por la gente ni tuvo una línea de conducta".
En cuanto al origen de la semilla declarada, el principal es el uso propio -que el productor se guarda de una cosecha para volver a sembrar en el siguiente ciclo-, que representó el 78,3% del total. En tanto, el 21,7% de los productores declaró haber comprado semilla fiscalizada.
Desde la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), su gerente general, Alfredo Paseyro, destacó que este informe del Inase tiene información "como no ha habido en los últimos diez años o más" y tendría que expandirse al resto de los cultivos. Consultado sobre el bajo porcentaje de compra de semilla fiscalizada en soja, remarcó: "La industria no se sostiene con un 22%; hay un mercado que está pasando por fuera de la industria".
Además de estos datos, el Inase brindó los nombres de 2528 productores de la categoría Grandes Usuarios de Semillas "GUS" que no cumplieron con las presentaciones que debían hacer a pedido del ente por la campaña de soja 2015/2016 y vía este sistema.
Entre ellos figuran productores individuales, cooperativas, exportadores e incluso están los nombres de las semilleras Syngenta y Monsanto, justamente algunas de las compañías que vienen reclamando un mayor reconocimiento de la propiedad intelectual en semillas. Tanto en Syngenta como en Monsanto dijeron que están tratando de averiguar por qué motivo fueron incluidos en ese listado. Por su parte, un experto en semillas conjeturó que esto podría haber ocurrido porque no habrían estado identificados como productores primarios si bien destinaron a producción de commodities alguna parte dentro de un lote que no era para semilla.