Las precipitaciones en el área central condujeron a un escenario diferente al esperado para este ciclo ya que los pronósticos iniciales hablaban de un año Niña. Aparecieron orugas que años anteriores no habían sido vistas, y está armado el escenario para las chinches y las enfermedades de fin de ciclo.
Entre las plagas se destaca la presencia de orugas medidoras y bolilleras, al menos en la región central del país. Estas requieren control temprano y eficiente, porque dependiendo el estadio del cultivo en el que ataquen, pueden causar daños importantes. Insecticidas como Bifentrin en mezclas con Zetametrina producen sinérgicamente excelentes controles para estas plagas en forma inmediata y contundente. La formulación se encuentra presente en Hero® de FMC. Los especialistas recomiendan estar atentos a la aparición de estas orugas que ya dieron indicios de volver a presentarse, especialmente las conocidas como bolilleras, en estados reproductivos avanzados del cultivo de soja.
Las chinches también son plagas que están dando pelea esta campaña, por las poblaciones presentes ciclos pasados y además porque tuvieron las condiciones para subsistir durante el invierno. Si bien el número de adultos por metro lineal no es sumamente alto, su continua presencia genera daños similares a aquellos escenarios donde la presión de la plaga es muy fuerte. Las chinches son las causantes de los mayores daños fisiológicos y económicos por plagas, no sólo por el efecto sobre los cultivos, sino porque las reiteradas reinfecciones motivan a hacer más de una aplicación para controlarlas.
Igualmente, ante su aparición temprana se deben tomar decisiones inmediatas de aplicaciones con insecticidas con volteo y residualidad, para mantener a estas poblaciones controladas y por debajo de los umbrales. Una recomendación para estas aplicaciones podría ser una combinación de Bifentrin, un piretroide para el volteo, e Imidacloprid, un neonicotenoide, para la residualidad. Esta formulación está presente en Magic® de FMC, un producto Banda Azul que proporciona seguridad a la hora de usarlo y manipularlo.
Es necesario siempre evaluar y seguir de cerca los lotes tratados por la reinfección que puede producir esta plaga, y ante nuevos ataques una opción es reingresar con productos netamente de volteo como Bifentrin más Zetametrina, presentes en Hero® para reducir costos en las etapas más avanzadas del cultivo. No conviene dejarse estar con esta plaga, porque ataques severos pueden reducir los rendimientos hasta en un 25% a 35%. Por otra parte, si bien los ataques en estadíos tardíos del cultivo no generaran grandes pérdidas productivas, van a afectar fuertemente la calidad de grano cosechado, especialmente aquellos destinados a la producción de semillas, ya que las chinches aumentan la incidencia de enfermedades de fin de ciclo como Fusarium spp. y bacteriosis. Por tal motivo, muchas veces el umbral de daño económico no es el mejor indicador para el manejo de las plagas, sino que es mucho más importante conocer la dinámica poblacional y los efectos secundarios que estas provocan y actuar a tiempo, manteniendo estas poblaciones controladas.
Por otra parte se recomienda no dejar de lado los problemas de las lluvias excesivas que complican la situación sanitaria de la soja, principalmente en lo referido a enfermedades de fin de ciclo como Mancha Marrón o Mancha Ojo de Rana. En este sentido combinar la aplicación de cualquiera de los insecticidas mencionados con Nanok® es una estrategia muy recomendable. Nanok® es un fungicida formulado en base a Azoxistrobina y Flutriazol, que le otorgan al producto un alto poder de absorción y movimiento vía xilema y translaminar.
Sea cual sea la estrategia de manejo, y la situación actual de los lotes, el productor debe ser eficientes en el control y en la toma de decisiones, porque todo costo que agregue al sistema por ineficiencias cuesta el doble de caro que una decisión bien tomada y a tiempo.