Las palabras del empresario Gustavo Grobocopatel, "el campo como ecosistema de negocios es, por lejos, el mayor empleador de la Argentina".
Un informe de la Federación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA)
refleja que uno de cada 6 puestos de trabajo en este país son generados por el
campo. Del total de puestos, 35% proviene de las economías regionales, seguidas
por la producción de carne y leche, que genera el 32%, las cadenas de granos, el
32% y la maquinaria agrícola, 1,6%. Pero además, tracciona otro tipo de empleos
relacionados con toda la cadena agroindustrial.
Los últimos datos del Indec, del tercer trimestre de 2016, muestran una
variación negativa en el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura
de un 1,6% con respecto a igual trimestre de 2015, sin embargo, desde la
Sociedad Rural Argentina, afirman que "el sector invirtió 58.000 millones de
dólares en los últimos 14 meses, un 15% más que en 2015, y fue el motivo del
incremento en el empleo en actividades del campo", dice el economista de la SRA
Ernesto Ambrosetti.
Los números de la Encuesta del Indicadores Laborales, del último diciembre de
2016, elaborada por la cartera laboral, muestra que el conjunto del interior
tuvo una variación positiva en el empleo del 0,4% con respecto al trimestre
anterior y un crecimiento del 0,5% comparado con el mismo trimestre de 2015. "La
reactivación viene desde el interior hacia las grandes ciudades", asegura
Mariano Tomatis, socio de PwC a cargo del área de agrobusiness.
En palabras de Grobocopatel, "el campo es un sector muy fuerte, muy dinámico,
muy competitivo que está empezando recuperar el terreno perdido en los últimos 5
años. El campo en la Argentina es un sistema muy amplio, muy complejo, muy
desarrollado y muy diverso porque incluye no sólo la región pampeana sino
también las economías regionales. Lo que es pampeano es algo líder a nivel
mundial porque tiene estándares de productividad, de calidad, de innovación, de
creatividad muy altos".
Los expertos insisten en que es un error pensar que el campo no genera trabajo. Sólo como ejemplo, detrás de cada tractor hay una industria que genera muchos puestos de trabajo.
"El panorama general del sector agropecuario es sustancialmente mejor que en 2015. El cambio de coyuntura y la devaluación impactaron muy positivamente en la producción de maiz y trigo ya sin retenciones. Además se redujo el área sembrada de soja, lo que es bueno para los suelos", dice Tomatis.
Hoy, considerando únicamente los tres cultivos más relevantes de la Argentina (trigo, maíz y soja), según el experto de PwC sobre la base de datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, "en esta campaña se sembraron 1 millón más de hectáreas (30 millones versus 29 millones) y se estima cosechar sólo por los tres cultivos mencionados aproximadamente 10 millones de toneladas adicionales: 4 millones adicionales de trigo, 7 millones de toneladas adicionales de maíz y 1 millón de toneladas menos de soja.
"Esto genera más trabajo para el campo, más actividad sobre todo en los pueblos rurales, no solo en mano de obra directa relacionada con el productor agropecuario, sino todo el trabajo indirecto en contratistas, fletes, hay más demanda de combustible, de alimentos en los pueblos. También se incrementó la venta de fertilizantes y agroquímicos, de camionetas rurales y maquinaria agrícola".
Grobocopatel explica que aumento 4 veces la producción de granos en los últimos 30 años, por lo que se necesitan cada vez más del transporte de granos. Coincide Tomatis en que "más cosecha genera mayor necesidad de inversión en infraestructura rural, también portuaria y ferroviaria para que la producción sea cada vez más competitiva. La Argentina no es competitiva en materia de transporte de granos mas allá de los 300 kilómetros aproximadamente. Más infraestructura también es más empleo".
Las economías regionales también repuntaron un poco algunas en plena reconversión, e impulsadas por la eliminación de los derechos de exportación, y el aumento de los reintegros a la exportación.
Como desafíos inmediatos, "se podría generar mucho más empleo si fortalecemos la industria", coinciden los expertos. Además, por la alta inflación vuelve a ponerse en duda la competitividad del sector.
Por otro lado, el trabajo no registrado es uno de los grandes problemas del empleo en el campo. En este sentido, y para favorecer que los empleos que son de temporada tengan las garantías de la formalidad, desde el ministerio de Trabajo aseguran que quienes tengan una asignación por parte del Estado no la perderán al aceptar un trabajo formal por temporada (por ejemplo en las cosechas que son a mano).
Capital humano
"La excelencia en el manejo de las actividades del campo proviene de del stock de capital humano de los inmigrantes, y ahora de las nuevas generaciones de jóvenes que se han incorporado. Una de las particularidades en la Argentina es que es un sector en donde trabaja gente joven. La edad promedio en la Argentina es 15 años menos que en los Estados Unidos y menor aún que en Europa, Los productores son más jóvenes", afirma el presidente del grupo Los Grobo.
Para el empresario, hay un cambio en los actores del campo, un sector cada vez más sofisticado y para el cual se necesitan nuevas habilidades, muchas de ellas relacionadas con la tecnología. "Yo fui el tercer ingeniero agrónomo de mi pueblo (Carlos Casares, en la provincia de Buenos Aires). Hoy hay más de 150. Pero además, el campo se está automatizando cada vez más. Por ejemplo, antes iba un alambrador a trabajar con su pala, y ahora hay una máquina que hace los pozos. Pero hay otros actores que entran en el juego, como la gente que embolsa la cosecha. El trabajo se va renovando, va cambiando, y hay que acompañar estos cambios con capacitación".
Considera que es interesante ver el empleo que se genera en todo el ecosistema de servicios que permiten que se lleve adelante el sistema productivo. "Hoy un tractor es mas sofisticado que un auto, y el tractorista interactúa con elementos electrónicos".
Más perfiles demandados están relacionados con el cambio de la matriz energética que quiere establecer el Gobierno, de no renovable a limpia, con más producción de biodiesel y etanol. También hay una alta demanda de profesionales dedicados a la comercialización de los granos, una actividad compleja y globalizada.
En la medida en que haya más trabajo en el campo, habrá menos migración a las grandes ciudades. "En las megaciudades del mundo hay ahora una tedencia de que la gente se vaya a vivir al campo. Acá, se prefiere vivir en los pueblos, o en la ciudad. De ahí que en los pueblos más pequeños se da un nuevo fenómeno: la gente empieza a volver", dice Grobocopatel. ¿Cuál es la razón de un cambio de tendencia? "La conectividad, la comunicación, los caminos que se van mejorando hace que la gente pueda vivir en cualquier lado y desarrollar su actividad.
"El punto es cómo retener a la gente en esos pueblos cómo generar industrias para que puedan trabajar allí. El proceso migratorio más complejo no es el que se da entre el campo y el pequeño pueblo, sino entre el pequeño pueblo y las grandes urbes como el conurbano."
Puestos con más demanda en el agro
Inversión
En 2016 hubo una inversión de 58.000 millones de dólares, 15% más que en 2015; eso reactiva el mercado laboral
Contadores, abogados
Estudios impositivos y contables, y también de abogados, son cada vez más requeridos
Economías regionales
Buscan mano de obra intensiva y gente que las ayude a reconvertirse para manejar el negocio de manera más eficiente
Profesionales de IT
Desarrolladores de aplicaciones para el campo y de sistemas de gestión para el sector en general
Transporte
El gran motor para acercar los productos a sus destinos, con gran crecimiento por la mayor producción.
Ingenieros, veterinarios
Tienen trabajo prácticamente asegurado