La producción de carne porcina alcanzó un nuevo record tras superar las 500.000 toneladas. El consumo per cápita de carne aviar y porcina alcanzó la mayor participación histórica en el total de carnes rojas, pero siguen sin superar a la carne bovina.
La industria de carne aviar atravesó un difícil 2016, cerrando el año con una merma en la producción del 4% respecto a 2015. Si bien el consumo interno disminuyó en términos interanuales un 2%, el principal impacto provino del frente externo, con una caída del 53% en las exportaciones.
Si bien las operaciones de exportación obtuvieron una mejora en la competitividad tras el ajuste en el tipo de cambio de fines de 2015, ésta se vio erosionada a lo largo de 2016, ya que entre enero y diciembre la depreciación de la divisa fue del 16%, mientras que la inflación medida por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires fue del 41%. El contexto mundial tampoco ayudó, ya que las bajas cotizaciones del petróleo durante gran parte de 2016 afectaron a los principales clientes de nuestro país, entre ellos Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Venezuela, conduciendo a una fuerte reducción en sus compras. Por otro lado, la crisis económica de Brasil condujo a excedentes en su producción aviar (también en porcinos), que fueron volcados hacia nuestro país a precios competitivos, fenómeno que explica el crecimiento del 104% en las importaciones. Si bien es uno de los mayores volúmenes que se han adquirido al exterior en términos históricos, representan tan solo el 1,2% del consumo doméstico de carne aviar.
Producción y comercio exterior de carne porcina
Durante 2016 la producción de carne porcina marcó un nuevo record al superar por primera vez las 500 mil toneladas producidas, lo que implica un crecimiento del 6% frente a 2015. A fuerza de un precio competitivo, la carne de cerdo fue ganando un lugar en la mesa de los consumidores, traducido en un incremento ininterrumpido del consumo por habitante en los últimos 15 años, llegando a la actualidad a un promedio de 12,5 kilogramos/año por persona. Pese al buen desempeño en el ámbito productivo, referentes del sector señalan que ha existido una pérdida de rentabilidad frente a años anteriores, principalmente por el aumento de costos.
En el frente externo, las importaciones de productos cárnicos porcinos aumentaron 157%, asumiendo el mayor volumen de los últimos cuatro años. Este gran incremento en términos relativos se debe a una baja base de comparación del 2015, ya que en la perspectiva histórica las importaciones continúan por debajo del promedio, mientras que en términos de consumo interno de carnes porcinas representan tan solo un 3% del total. Un dato de relevancia es que por primera vez las exportaciones fueron levemente superiores a las importaciones, motorizadas por grupos de productores que se asociaron para embarcase en procesos de ventas al exterior.
Finalmente, es importante destacar que durante 2016 el consumo conjunto de carnes rojas en nuestro país alcanzó los 110,5 kilogramos por habitante, representando una caída de 2,9% frente al año 2015, donde la carne de cerdo y de pollo lograron la mayor participación histórica respecto del total, tras representar el 49% del consumo, a expensas de un menor consumo de carne bovina.
Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba