Una oferta ganadera que está dejando atrás los niveles mínimos de
mediados de año, una escasez de ganado que se modera, un consumo
interno sin resto, una exportación que no participa, una oferta récord
de sustitutos; todo junto, no puede determinar otra cosa más que una
caída de la hacienda en términos reales.
Con valores nominales que son los mismos que en marzo último, o sea
nueve meses atrás, y con una inflación que en el interín fue del 25%,
el precio real del novillo, que hasta dos meses se ubicaba 10% por
encima del promedio histórico (2008/2015), se ubica hoy 12% por debajo
de dicho promedio.
Si bien estamos en el pico estacional de oferta -y de menores precio- a
lo largo del año, y que es muy probable que a partir de febrero el
mercado se tonifique, es difícil que el precio de la hacienda a lo
largo del próximo año se recupere de la caída del 15% experimentada en
los últimos meses.
Durante el invierno y principios de la primavera del 2016, una oferta
de ganado circunstancialmente muy baja, afectada por las lluvias y el
barro, determinó precios reales que al menos en el corto plazo parecen
difíciles de repetir, máxime si como todo indica, la oferta de ganado
para faena tienda a recuperarse el año próximo.
Faena y producción de carne
Con respecto al perfil de la faena debe decirse que aumenta la matanza
de novillos (+2,3%) y baja la de novillitos (-7%) y la de terneros
machos (-7%).Este cambio es auspicio, pero aun después de dos años
consecutivos de aumento en la faena de novillos, que se ubica en 2,27
millones de cabezas ese registro se encuentra 52% debajo de 2005 cuando
se mataron 4,7 millones de cabezas de esa categoría.
En cuanto a la faena de hembras, en 2016 aumenta la de vacas (3,2%)
pero cae la de vaquillonas (-15%) y la de terneras (-15%). El año
termina con incremento en la matanza de hembras. Para 2017 puede
esperarse un incremento de la faena tota que se ubicaría en los 12/12,2
millones de cabezas con una producción de carne que aumentaría entre
100 mil y 150 mil toneladas, el equivalente a 2,5/3,5 kilos por
habitante/año.
Es probable que durante el año que comienza se incremente marginalmente
la faena de novillos, y que se modere la reducción en la matanza de
terneras y vaquillonas. La recomposición del rodeo continuará, pero
probablemente a una tasa inferior a los años anteriores.